jueves, 9 de febrero de 2012

Shutter Island de Dennis Lehane

Dennis Lehane es uno de los mejores representantes de la novela negra de los Estados Unidos de América. Tiene mejores obras que Shutter Island, pero no deja de ser una historia original y sorprendente, con un final alucinante e inesperado. La idea es de genio. Pero tiene precursores, sin ir más lejos Los renglones torcidos de Dios, novela también comentada aquí. Martin Scorsese se lanzó a llevar a la gran pantalla esta historia de Lehane con resultado brillante, escogiendo para la piel del protagonista a un soberbio Leonardo DiCaprio.


    
     No será la última vez que comente las novelas de Dennis Lehane, ambientadas todas en Boston, pues es un escritor que me resulta interesante, además de engancharme con sus historias. Los motivos son variados: relatos cinematográficos, mucho ritmo, argumentos originales y con mucha intriga, dominio de los diálogos (a veces parecen escritos para un guión y no para una novela) o historias donde el fondo es lo peor del alma humana: sucios crímenes, terribles enfermedades mentales, y otros asuntos podridos sacados del catálogo de vilezas del ser humano.

     Creo que los materiales con los que trabaja Dennis Lehane son más que atractivos. Sin embargo, no es menos cierto que prefiero una narración a un buen guión cinematográfico. Los guiones están para que se hagan películas, y a partir de éstas disfrutar con lo que nos proponen. Las novelas, en cambio, se ecriben para entretener, emocionar y hacer pensar directamente al lector. Con esto tampoco echo por tierra al padre de Mystic River, llevada al cine por Clint Eastwood y galardonada con dos Oscars de Hollywood.

     Pero centrémonos ya en Shutter Island. La historia comienza cuando dos agentes del FBI, Teddy Daniels y Chuck Aule, desembarcan en Shutter Island, una pequeña isla cerca de Boston que alberga el Hospital Ashecliffe, un centro penitenciario para enfermos mentales que en el pasado fue una cárcel para prisioneros de guerra. El marco en el que se desarrolla la acción se sitúa en el año 1954, con la Guerra Fría como telón de fondo. Es decir, la inmediata postguerra, una época de miedo y sospechas. Su misión consiste en encontrar una peligrosa asesina que se ha escapado de las instalaciones pese a la seguridad del centro y las reducidas dimensiones de la isla: una viuda que mató a sus tres hijos. Y sólo se puede salir de ésta en el ferry que los ha traído. En principio, dadas las circunstancias, no debería ser difícil de hallar, pero parece haberse esfumado como un fantasma. Pronto Teddy Daniels y su compañero Chuck traban relación con el doctor Cawley, pero el doctor Lester Sheenan se ha marchado misteriosamente de vacaciones el mismo día que ellos llegan.

     Rachel Solando es la paciente que andan buscando. Y todo gira en torno a esa enigmática mujer hasta que un nuevo nombre interrumpe los recuerdos dolorosos del agente Daniels: Andrew Laeddis. Resolver quién es este misterioso hombre es resolver el enigma de la desaparición del peligroso asesino. Lo que no resulta tan agradable, en muchas ocasiones, es conocer la verdad que encierran las historias. Por eso el sorprendente final. Donde, como en muchas ocasiones, nada es lo que parece. Y una magnífica puesta en escena puede engañar al más incrédulo.

       El personaje de Teddy Daniels (interpretado fantásticamente por Leonardo DiCaprio) merece especial atención. Fue veterano de la Segunda Guerra Mundial, y participó en la liberación del campo de concentración de Dachau. Es un hombre que ha tenido que ver demasiados horrores, que echan raíces en los rincones y laberintos de su mente, y que le condenan a enfrentarse a sus propios demonios. Herido por las consecuencias de la barbarie, Daniels sufre frecuentes pesadillas en las que recuerda su entrada en el campo de Dachau, como soldado de las fuerzas aliadas. Montones de cadáveres judíos apilados asaltan su memoria, pero esas imágenes no son las que más le torturan, sino haber participado en la venganza, ejecutando junto a sus compañeros a los guardias del campo mientras suplicaban perdón. Una conciencia atormentada emerge por haber coqueteado con el mal.

     El final de Shutter Island, no obstante, no puedo revelarlo porque destrozaría la lectura de la novela a quien quiera acercarse a ella y no lo haya hecho. Pero sí puedo advertir que la fuerza del texto es abrumadora en esos pasajes en los que vamos paulatinamente despejando el enigma. La película de Scorsese es magnífica, pero la lectura de la novela también es obligada si se ha visto aquélla. Dennis Lehane, crea con Shutter Island, una novela obsesiva y brillante, con pasajes de terror y otros de muchísimo suspense, que te obliga a pensar en la locura y en nuestra salud mental. En las consecuencias del mal y en sus efectos en nuestras mentes. Y sobre todo en si seremos capaces, en su momento, de reconocer la frontera que separa nuestra cordura de los monstruos que produce la razón.

Otras obras de Dennis Lehane comentadas en La Cueva
Desapareció una noche

FICHA
Título: Shutter Island
Autor: Dennis Lehane
Editorial: RBA
Otros: Barcelona, 2010 400 páginas
Precio: 16 €

1 comentario:

  1. Brillante esta entrada Luis.
    La película es muy buena, animo a la gente que la vea, sobre todo por la gran interpretación de DiCaprio, o al menos que lea el libro.
    El diálogo final es espectacular, que nos puede llevar a un buen debate "psicológico"...

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