lunes, 31 de marzo de 2014

Julio César de William Shakespeare


La más conocida de las grandes tragedias romanas del genial William Shakespeare, Julio César, es entre otras cosas una vuelta de tuerca a las viejas tragedias clásicas. Si en éstas el hado inflexible avasalla la vida de todos los hombres, en la versión shakesperiana del asesinato de César, el destino del hombre pasa a un segundo plano -lógicamente por el influjo del pensamiento cristiano en el autor inglés-, y entonces lo que explica el acontecimiento histórico que precipitará la irrupción del régimen imperial en la ciudad de Roma y por extensión en el resto de sus dominios, es simplemente la maldad humana. 

miércoles, 26 de marzo de 2014

Estoy bien de J. J. Benítez

Estoy bien. De esta hermosa manera llama a su último libro el polémico periodista J. J. Benítez. En esta ocasión el afamado escritor, aupado a la fama internacional con su delirante saga Caballo de Troya, aparca los extraterrestres montados en naves espaciales para hacerle hueco en su obra a lo que él llama «resucitados» (muertos que han vuelto circunstancialmente para comunicarse con los vivos). Para dar cuenta de su «descubrimiento» —que hay vida después de la muerte, algo que ya se ha defendido en miles de libros anteriores al suyo— reúne aquí 160 testimonios de personas que tuvieron experiencias directas, y de las que yo no dudo en absoluto, con seres que habían fallecido. Lo que no me trago son las conclusiones de este señor, curtido en la heterodoxia anticlerical que propone en nuestros días la Nueva Era. Y a pesar de todo, será, como digo, número uno en ventas en las próximas semanas. Pero yo de Juan José Benítez no me fío, y por lo tanto considero que tampoco nadie debería hacerlo. 

jueves, 20 de marzo de 2014

Trabajos y Días de Hesíodo

Está claro que Homero es el poeta épico más grande de la antigüedad, incluso de cualquier época histórica, pero no es menos verdad que su posición de privilegio la comparte con otro griego de encumbrado nombre: Hesíodo. Los poemas de éste, como la Ilíada y la Odisea homéricas, fuente de inspiración para el mundo griego y latino e incluso para el cristiano, son fundamentales para entender el pensamiento de Occidente. Con los poemas de Hesíodo, además, se abre una etapa nueva para el hombre, porque éste cobra conciencia de pertenecer a un mundo con leyes sancionadas por la divinidad y organizado, por eso mismo, religiosamente. El titán de Beocia ordena, de esta manera, los mitos añejos para dar razones profundas de verdades que perduran en el tiempo. 


martes, 11 de marzo de 2014

Akira de Katsuhiro Otomo

En el Olimpo de los mangas Akira es el rey. Es un libro de culto, la gran referencia del cómic japonés. La historia, escrita y dibujada por Katsuhiro Otomo, se reparte en seis volúmenes y vio la luz por primera vez en 1984, marcando a varias generaciones y fascinando a cuantos se han acercado a ella o a su versión audiovisual, el también elogiado anime. Sin embargo, a pesar del magnetismo de Akira, su contenido es algo críptico. Otomo parte de la trágica historia reciente nipona —dos bombas atómicas detonadas en su suelo y la consiguiente y humillante rendición final en la II guerra mundial— para hacer una denuncia en torno al poder que debería ser tenida muy en cuenta en los tiempos que corren. 

miércoles, 5 de marzo de 2014

La Odisea de Homero

A Homero se le atribuyen dos obras que conforman el canon de la cultura occidental. La Ilíada es la cima de la épica literaria, la Odisea la aventura por antonomasia. En ambas el bardo recorre los principales vínculos humanos, y las relaciones inevitables entre el hombre y la divinidad. Y como su forma de hacerlo se considera irrepetible y sublime, y su contenido, una enseñanza intemporal, se entiende que fueran lecturas obligadas en las «escuelas» de Grecia. No sé en el resto Europa, o en Hispanoamérica, pero en España es metafísicamente imposible tal coyuntura. Aquí es más probable que un burro aprecie la obra de Homero a que lo hagan nuestros titulados universitarios. Ni siquiera nombro a los que cuentan con una formación básica. Homero para ellos no sería, como para los otros, un ladrillo infumable, sería en todo caso peor que el martirio. Y me constan las dos circunstancias.