sábado, 15 de julio de 2017

Siempre el mismo día (o la vida como señal y milagro)

Hoy ha pasado algo misterioso en mi vida. Extraordinario. Así al menos lo he entendido yo. Y como movido por un resorte desconocido, me he visto impulsado a contarlo. De hecho aún dura en mí la conmoción, mientras tecleo estas líneas. Ciertamente, no sé si en las siguientes palabras mi emoción será capaz de palpitar, ya que este tipo de cosas no se pueden explicar: simplemente se saben. Trataré, con todo, de expresarme lo mejor posible, siendo lo más leal que pueda con lo que creo que me ha ocurrido. Porque desde luego es asombroso que vivamos rodeados de señales, y no precisamente de tráfico.