martes, 29 de enero de 2019

La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson

La isla del tesoro se publicó por primera vez en Londres en 1883 (tras haber aparecido por capítulos en una revista juvenil entre 1881 y 1882) y desde entonces se cuentan más de trescientas cincuenta ediciones solo en inglés y muchísimas otras en otras lenguas. Este éxito se debe a que la historia es emocionante, los capítulos se suceden de manera trepidante, los personajes corresponden a tipos de gran envergadura, sobre todo el emblemático pirata pata de palo John Silver, y el verbo de Stevenson golpea siempre de manera precisa, concisa y sugerente. Esta es sin duda la novela de aventuras por excelencia. La que apasiona de joven, deja un regusto dulce en el recuerdo y vuelve a enganchar de viejo. Sin que importe lo más mínimo, a fin de cuentas, si unos personajes u otros merecen hallar el codiciado tesoro, sino el fascinante viaje entre el peligro y el vértigo en el que se embarca el lector desde la primera página.

viernes, 25 de enero de 2019

Europa, una introducción a su historia de Pío Moa

Que el pensamiento ha muerto es una proposición tan clara y evidente que ha de admitirse sin demostración. Y este axioma, claro está, afecta a todo tipo de discursos y estudios humanísticos. Los trabajos historiográficos que llegan desde hace tiempo al público están determinados, en su inmensa mayoría, o bien por la corrección política, por lamentables prejuicios ideológicos, o por ambas cosas. Ya no existe así pues una crítica seria que tenga resonancia real, ni tampoco enfoques innovadores que aporten frescura o directamente contesten al discurso vulgar y ficticio imperante. Hoy predomina, en efecto, un discurso falaz de la historia. Y cuando surge, como en el presente caso, algún trabajo que posea interés y profundidad reales, se le arrincona o desestima y a nadie parece importarle. Sin embargo, hoy es más necesario que nunca entender que Europa es un conjunto de identidades de raíz cristiana amenazado de ruina.

viernes, 18 de enero de 2019

El libro egipcio de los muertos: uno de los textos religiosos más antiguos de la Humanidad

La literatura egipcia, escrita generalmente en papiro, pero también en inscripciones en piedra en tumbas y monumentos y con varios sistemas de escritura, sobre todo la jeroglífica y la demótica, luego la copta, era, con alguna excepción, de carácter anónimo (o atribuida, como marca de prestigio, a algunos antiguos sabios). En realidad, la literatura egipcia era obra de los copistas, personajes altamente especializados que escribían textos, en verso y prosa, de varios orígenes, muchas veces textos originalmente orales, copiados a veces con variantes. En ocasiones, probablemente, creados por ellos mismos sobre antiguas tradiciones orales.

Asimismo, muchos conjuros, himnos, oraciones y cantos de amor procedían del culto; como muchos textos sapienciales, que, atribuidos muchas veces a un gran personaje, se brindaban como consejos al pueblo. Estos textos, por cierto, eran leídos de viva voz y estudiados en las escuelas. 

lunes, 14 de enero de 2019

El cuento del cortador de bambú

El cuento del cortador de bambú es, ni más ni menos, la obra de ficción más antigua escrita en japonés. La maravillosa narración, de autor desconocido, constituye una fantástica historia de aventuras que fascinó a las damas y a los nobles de la corte imperial japonesa del siglo IX, y que en absoluto está lejos de nuestra sensibilidad occidental. Su influjo posterior se detecta, sin ir más lejos, en la literatura del período Heian (broche de oro de la literatura clásica mundial) e incluso en la narración cumbre de las letras japonesas, El cuento de Genji. En fin, todo amante de las letras del país del sol naciente debería comenzar por esta preciosa historia preñada de leyendas y mitologías antiguas, que se remonta a los albores de la literatura japonesa.

viernes, 11 de enero de 2019

El río de la literatura de Francisco Rodríguez Adrados

Dice el autor de este magnífico ensayo, al final del mismo, que hay demasiados libros, demasiados periódicos y demasiadas revistas. «Es un mundo repetitivo que nos abruma. Trata de salir al mercado con recursos poco literarios. Infinitas novelas que repiten más o menos iguales tópicos, que ya nos aburren, demasiados periódicos que dicen lo mismo tiñéndolo de sutiles o no sutiles prejuicios, demasiadas revistas científicas banales. Demasiados tontos best sellers con las mismas fórmulas. Yo estoy cansado de comprar libros que luego hojeo y no leo. No creo que esta situación sea favorable para la Literatura. El público se desorienta».

miércoles, 9 de enero de 2019

Ciudadela de Antoine de Saint-Exupèry

Antoine de Saint-Exupéry nació en Lyon el 29 de junio de 1900 y desapareció con su avión volando en misión sobre Francia en 1944. Apasionado de la navegación aérea, fue uno de los pioneros de la aviación comercial, cubriendo rutas en Europa, África y Sudamérica. Sus experiencias como piloto inspiraron muchas de sus obras, como Correo Sur (1928), Vuelo nocturno (1930) o Tierra de hombres (1939). Sin embargo, El principito (1943), un relato para niños lleno de poesía y elementos simbólicos, le granjeó tal celebridad que el resto de su obra quedó eclipsada. Ciudadela, publicada por primera vez en 1948, reúne las notas que el misterioso autor dejó inéditas cuando desapareció volando sobre Francia en misión de guerra. Y es precisamente en esta obra donde Saint-Exupéry plasma con mayor profundidad su mundo interior y su visión espiritual y trascendente de las cosas.

viernes, 4 de enero de 2019

Carta a sus Altezas Reales, los Reyes Magos de Oriente


A sus Altezas Reales, los Reyes Magos de Oriente:

Esta es la primera vez que me dirijo a ustedes de manera formal. Y temo quedar en ridículo al escribirles esta carta. Por ello, de antemano pido perdón, pues tal vez mi atrevimiento pudiera ofenderles de algún modo.

En realidad, no sé si me corresponde o no recibir regalos, gracias o bendiciones. Antaño, un niño recibió de ustedes tres sustancias preciosas: oro, incienso y mirra; pero él era el Señor del universo, en cuyas manos está la realeza, el poder y el imperio. Y yo no soy niño, ni mucho menos Dios. ¿Es legítimo por tanto que pida algo? Pediré, en cualquier caso, con el corazón; pues aunque soy consciente de que no sabemos pedir lo que nos conviene, también nos animó el Sumo Hacedor a pedir (pues se nos daría), a buscar (pues hallaríamos) y a llamar (pues se nos abriría). Así pues, confiado en las palabras de Dios padre, les comunico a sus Altezas Reales mis humildes deseos:

Relatos de un peregrino ruso: uno de los grandes textos espirituales de la humanidad

«Por la gracia de Dios soy hombre y soy cristiano: por mis actos, gran pecador; por estado, peregrino de la más baja condición, andando siempre errante de un lugar a otro. Mis bienes son: a la espalda, una alforja con pan duro, la santa Biblia en el bolsillo y basta de contar. El domingo vigesimocuarto después de la Trinidad entré en la iglesia para orar durante el oficio; estaban leyendo la epístola de San Pablo a los Tesalonicenses, en el pasaje en que está escrito: Orad sin cesar. Estas palabras penetraron profundamente en mi espíritu, y me pregunté cómo es posible orar sin cesar, siendo así que todos debemos ocuparnos en diversos trabajos a fin de proveer a la propia subsistencia. Busqué en la Biblia y leí con mis propios ojos exactamente lo mismo que había oído: Orad sin cesar; orad en todo momento en espíritu; orad en todo lugar levantando unas manos puras. Inútil reflexionar; yo no sabía qué partido tomar.

¿Qué hacer?, pensé. ¿Dónde encontrar una persona capaz de explicarme estas palabras?» Así da comienzo uno de los grandes textos espirituales de la humanidad. Un texto misterioso y de autor desconocido, que ahonda en la más antigua tradición contemplativa; y que a pesar de formar parte del conjunto de la literatura espiritual cristiana, ha interesado y atraído a toda clase de público.