El Cantar de las huestes de Ígor es una de las obras literarias más sobresalientes de la Rusia medieval, una epopeya que, aunque anónima, ha trascendido a lo largo de los siglos como un símbolo fundamental de la identidad nacional rusa. Compuesta a finales del siglo XII, en plena época de fragmentación del Rus de Kiev, esta breve pero poderosa obra —admirada siglos más tarde por Aleksandr Pushkin— se inscribe en el contexto de las luchas intestinas entre los príncipes rusos y las constantes amenazas externas. En particular, refleja las incursiones devastadoras de los pueblos nómadas, como los polovtsianos, que asolaban las vastas estepas orientales y ponían en jaque la frágil unidad del incipiente territorio ruso.
La obra relata la heroica, aunque fallida, expedición del príncipe Ígor Svyatoslávich de Novgorod-Seversky contra los polovtsianos, quienes, encabezados por su líder Khan Konchak, estaban desestabilizando las tierras rusas. Sin embargo, a pesar de la derrota de Ígor, el poema no se limita a una narración bélica; es, en su esencia, una reflexión sobre la unidad nacional, la virtud heroica y la profunda devoción religiosa.