En el verano impropio de 1816, durante las veladas literarias que se sucedieron entre el 16 de junio y el 19 de ese mismo mes en Villa Diodati, el médico personal de Lord Byron, John William Polidori, creó el primer cuento de vampiros de la literatura europea. Desde entonces se ha explotado a fondo el argumento de los no muertos en las obras de ficción, despertando una persistente fiebre entre numerosos adeptos. Algo ha de tener por tanto la oscuridad para atraer de semejante manera al hombre de entonces y de ahora. Y es que resulta indudable que para muchas personas la figura del vampiro no carece de atractivo.