Esa versión de los hechos, que además es falsa, es la que predomina en los medios de comunicación, en los libros de texto de los estudiantes de enseñanzas medias y aun en la misma universidad.
Sin embargo, bajo un orden constitucional que define a España como un Estado social y democrático de Derecho, dicha ley es un abuso intolerable de los poderes públicos contra el uso de los más elementales derechos de expresión, investigación y cátedra.
De esta manera, la Ley de Memoria Histórica, con objeto de imponer un pensamiento único -de hecho fraudulento-, conculca los derechos fundamentales y las libertades públicas recogidas en el artículo 20 de la Constitución Española.
En conclusión, esta ley puramente ideológica, que alimenta la discordia entre españoles y además es engañosa, debe ser revocada, y por esa razón me opongo a ella.
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