2020 supone ya un punto de inflexión sin precedentes. El mundo que conocimos ya no volverá. En el que probablemente viviremos, hiela la sangre.
Con profundo pesar, al menos por mi parte -porque advertido estaba, y así lo he dicho y escrito una y mil veces-, reconozco y asumo que estamos asistiendo a la inminente entrada en vigor de una dictadura global, que establecerá definitivamente el nuevo orden mundial satánico que lleva mucho tiempo tramándose, no sin dejar muchas pistas a la vista de todos. Y es que ya lo advirtió Jesucristo hace dos mil años, que se dice pronto, pues efectivamente "los hijos de este mundo son más astutos en lo suyo que los hijos de la luz" (Lucas 16, 8). Tal vez por eso el Maligno ha podido hacerse con el principado de este mundo (1 Juan 5, 19).
Pues el que calla, consiente. Y los hijos de la luz llevan más de un siglo relajados; y cuando el error no es combatido, termina siendo aceptado; y cuando la verdad no es defendida, termina siendo oprimida.
Y es que el "virus" que ha puesto en jaque a la humanidad, encerrando al mundo entero y domeñándolo, esconde una conspiración maligna a escala mundial para implantar una tiranía en todo el orbe. El psicovirus, tiranovirus o como quiera llamársele, es la excusa, el pretexto de una élite psicopática que busca, por medio de sus títeres en los distintos gobiernos criminales que rigen las naciones, degradarnos, extinguirnos hasta el número que les plazca y esclavizarnos como nunca antes. Entre tanto, la Biblia se cumple escrupulosamente. Y a fastidarse toca. Lo dijo San Juan en el Apocalipsis, y lo dijo también la Santísima Virgen en Fátima.
Ahora veremos cómo las personas dejarán de ser humanas, y cómo nuestros más elementales derechos serán atropellados, violándose las esferas más íntimas y privadas del ser humano; además, tendremos que convivir, quien escoja la esclavitud y no suponga una molestia para el nuevo Sistema eugenésico y tiránico, con un Gran Hermano asfixiante que sabrá lo más profundo de nuestras almas y nos hará postrarnos ante engendros electrónicos que nos harán la vida imposible. Aun así, muchos aplaudirán el nuevo orden satánico y darán palmas con las orejas por su recién estrenada condición de esclavos.
He aquí un botón de muestra, aunque como dijo Chesterton, malos tiempos son aquellos en los que se precisa demostrar que las hojas de los árboles son verdes:
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