Por fin
Todo se acaba ha visto la luz en España. Después de hacerlo en Estados Unidos,
ha sido la hora de publicarse aquí, en mi país. Se trata de un trabajo prácticamente igual
al original, que ha sido retocado solo en pequeñas partes. Por lo demás, es un
conjunto de 10 relatos unidos por un tema común, a pesar de lo amplio que es en
sí mismo el asunto: el desamor y la pérdida. Cada uno de ellos se centra en
algún aspecto de esa otra cara que arrastra consigo el amor, y en todos se
muestra cómo no solo el carácter caprichoso de eso que llamamos amor (cuando solo entendemos por él una pasión
especialmente intensa mezclada con sentimientos contradictorios) es responsable
de nuestros fracasos, sino las propias decisiones humanas, que, en gran medida,
son las que deciden el devenir de un hombre y una mujer. No digo más. Quizá unas
breves pinceladas de cada uno de estos relatos abra el apetito para gozar de una
literatura muy concentrada y penetrante que a su vez nos enseña que, salvo lo
que trasciende este mundo, todo tiene fecha de caducidad.
También
el amor. Ese tipo de amor. Y aunque lo sabemos, parece que no nos importa. Pensamos que merece la
pena. ¿Pero en serio merece la pena ese amor tal como lo entendemos? No sé. Quién
sabe. Tal vez para unos sí, tal vez para otros no. De lo que no hay duda es de que
todos lo queremos.
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Libro en papel
En
solitario:
Un
hombre, todavía joven, que tras una ruptura dolorosa después de muchos años
junto a su pareja se refugia en la distancia de un país distinto. Una carta,
¿inoportuna?, llega de pronto a su nuevo destino y pone de nuevo su estabilidad
emocional patas arriba. La decisión que tome a raíz de la carta marcará de una
u otra manera la vida de este hombre que en el destierro de lo que fue su mundo
reconoce su castigo. O quizá el de ella.
Una mentira de nada:
Unas
cervezas entre amigos y una conversación típica sobre mujeres. Un hombre
distinto que no encaja con la insensibilidad habitual de los hombres y que en
esos momentos está nuevamente enamorado. Y un desengaño que llega de la forma
menos esperada. Normalmente la fidelidad es una de las últimas víctimas, a
veces la primera.
Ruido:
Las
causas que motivan una ruptura son muchas. La forma en la que éstas terminan
son sólo tres: se mata el amor, muere por falta de alimento, se asfixia entre
una suma de delirios, oportunidades, fantasías y comportamientos propios de
nuestra inclinación natural al egoísmo. La primera forma es anecdótica en
términos relativos, la segunda también (si no se confunde con la tercera) y la
tercera es una plaga. En realidad todo lo que impide que brote el amor y éste prospere
y sobreviva no es más que ruido. Pájaros en la cabeza. No saber lo que
queremos, y ni siquiera lo que somos. La pareja que protagoniza este relato no
es una excepción. Pero porque sean multitud no deja de ser una realidad triste
y dolorosa.
Memento mori:
Otra
forma de pérdida en la que el amor es malherido es la propia muerte. Verdadero
tabú de nuestras sociedades modernas. Tanto al romperse una relación especial
como al producirse una pérdida cercana, ha de superarse un periodo de duelo, un
luto en toda regla. Misteriosamente las sensaciones son parecidas, es un dolor
semejante, y en ambos casos se tiene la impresión de que un abismo insuperable
separa para siempre dos mitades, en este caso dos personas.
Amor de
verano:
Los
amores de juventud son extraños. Es la etapa de la vida en la que una fuerza
desconocida nos invade y transforma. Parece que insuflados de ese soplo somos
capaces de realizar cualquier cosa. Pero desgraciadamente esa fuerza nos supera
en tanto que nos nubla el juicio y el entendimiento. Por un lado nos descubre
otras realidades superiores a ésta, por otro, nos enseña antes o después a no
despegar los pies del suelo. Los primeros desengaños son los peores. Quizá porque
nuestra mirada de niños se muere, en la mayoría de casos, para siempre. Los dos
chicos que protagonizan este relato son prueba de ello.
Eres
mía:
Quizá éste
sea el relato más complejo. Aunque en los diálogos Noemí se expresa como un
libro abierto. El concepto de posesión, llevado al extremo y mal entendido por
nosotros, ha conducido a demasiados crímenes pasionales. Pero la realidad del
amor es mucho más rica que unos simples celos, y sin un sentido recto del
término posesión no puede haber relación alguna. Los enamorados se pertenecen
de alguna manera, comparten una unión en un plano que está por encima de las
otras relaciones que mantienen. En el amor humano, tan imperfecto como
nosotros, si no hay exclusividad no hay amor. Hay otras cosas… Y a esto es a lo
que le da vueltas la pareja que protagoniza este relato.
La
diversión de Venus:
En esta
historia lo que se pone de manifiesto es cómo una decisión, equivocada o no,
con resultados finalmente positivos o negativos, marca toda una vida. El hombre
de esta historia decide correr un riesgo, y el pago de llevarlo a cabo es que
pierde para siempre algo muy importante para él. Es el alcance de la decisión
en sí el núcleo de este relato, la puesta en marcha de unas consecuencias que
escapan al sujeto que ha obrado. Luego las cosas podrán desarrollarse de una u
otra manera, pero una vez que una decisión ha sido tomada, mientras unas
puertas se abren, otras se cierran.
¿Quiénes
sois vosotros?:
La confianza
es el corazón de toda relación personal. En cuanto ésta muere, el amor se
acaba. Pero agónicamente. Y en la mayoría de los casos lo hace, es decir, se
apaga, ya lejos de la persona que se ama. Esta es una forma extrema de cortar
el lazo que amarra dos seres. Pero es la forma más basta, contundente y
explícita que he encontrado para mostrarla. Cuando uno de los dos ama, y el
otro, que lo hace a su manera, juega a dos bandas.
Perfume
efímero:
La
belleza es lo que se acaba en este relato. La de una mujer que, en otra época,
fue muy deseada. Apostado todo a esa carta, cuando el brillo de la belleza se
apaga, no queda más que lamentarse y reconocer que lo mejor ha pasado. Y quizá,
si no se asume el fracaso, descubrir que lo que se vivió, pues el presente es
el único tiempo en el que realmente se vive, fue tan solo la pobre ilusión de
una mujer que fantaseaba.
Todo se
acaba:
Ciertamente
todo se acaba en este mundo. También el amor de las parejas que parecían
apuntar alto. Cuando llega ese momento, el hombre o la mujer que lo han vivido
saben que no hay marcha atrás, que todo ha acabado. Lo que parecía imposible,
cosa de otros, no lo es tanto. Según se entiende, basta con esperar nuevamente
otro amor, y las penas se pasan. Para ya sabemos que no para siempre. Con el tiempo,
en algún momento lúcido, nos decimos que mereció la pena, y a la vez otra voz
responde si en realidad fue para tanto. No es una historia que reflexione sobre
si merece la pena el amor, aunque pueda también suscitar ese pensamiento, sino el
espejo en el que todo enamorado ha de mirarse alguna vez en la vida. Afortunadamente,
no todos se enfrentan a ese tipo de hachazo, a esa extraña sensación de
pérdida. Y viven «felices» su vida en pareja.
Me lo he terminado en un día, todos los relatos tienen su cosa. Me ha encantado muy muy chulo.
ResponderEliminareste fin de semana he leído tu libro, lo cogí por casualidad porque me gustó la portada. Coincido con la otra chica me ha gustado muchisimo. Todos los relatos son muy buenos auqne a mi me han sorprendido más el primero y '¿Quiénes sois vosotros?'. Lo peor, que me he quedado con ganas de más. Mañana compraré Mercenarios de un dios oscuro. Tengo mucho interés en leer esa novela. Ana.
ResponderEliminarQué interesante Luis, hay muchos libros sobre el amor pero no desde este enfoque, a modo de relatos cortos. Y por lo que aprecio en la "sinopsis" que por otra parte te agradezco que muestres, considero que todos nos identificamos con alguna de las historias que cuentas.
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