La historia del joven náufrago Robinson Crusoe es suficientemente conocida por el público lector, pero su autor, el cristiano puritano inglés Daniel Defoe (1660-1731), no quiso esconder a los que no hubieran leído su novela el contenido de la misma, llamando a su gran obra Vida y extrañas y sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe, marinero de York, escritas por él mismo. Por supuesto, Defoe quiso hacer pasar a su personaje por un hombre de carne y hueso, y presentar sus aventuras como si fueran hechos reales. Con tal intención, se dio a conocer no como el autor de la obra, sino como un editor de las memorias de Robinson, de ahí que escribiera un prefacio distanciándolo del personaje, otorgándole así credibilidad. Lo anterior contribuyó enormemente al éxito del libro, del que se publicaron siete ediciones en vida de Defoe, aparte de numerosas traducciones y hasta copias piratas. Desde entonces han salido a la luz más de setecientas ediciones, y hay quien afirma que es el libro más reeditado después de la Biblia. No cabe duda, en cualquier caso, que Robinson Crusoe supone el arranque de la novela de aventuras, que fructificará, en seguida, en numerosas obras conocidas de autores tan emblemáticos como Walter Scott, Alejandro Dumas, Julio Verne, Robert Louis Stevenson o Emilio Salgari.
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martes, 28 de mayo de 2019
viernes, 17 de mayo de 2019
Cinco semanas en globo de Julio Verne
La verdadera carrera literaria de Julio Verne, que no debería necesitar presentaciones, comienza en 1863 con el éxito inmediato de Cinco semanas en globo. Este éxito rotundo le llevó a contraer un vínculo indisoluble con su editor, el cual le exigió a Verne varias obras al año, convirtiendo al escritor francés en un profesional de las letras, que, para para bien o para mal, limitó su talento a la literatura infantil y juvenil, aunque fuera leído por personas de todas las edades. Dotado de una férrea voluntad y de una capacidad de trabajo prodigiosa, Verne no sólo cumplió hasta el último día de su vida sus obligaciones profesionales, sino que además fue siempre por delante de las mismas, con varias obras en reserva. El período que va de 1863 a 1876 es el de la máxima capacidad creadora de Verne, el de sus grandes obras maestras, conocidas por todos: Viaje al centro de la Tierra, Los hijos del capitán Grant, Veinte mil leguas de viaje submarino, La vuelta al mundo en ochenta días, La isla misteriosa, etc. Cinco semanas en globo, así pues, dio comienzo a un mito literario que por desgracia, dado nuestro trastornado mundo, va quedando obsoleto y será más pronto que tarde condenado, no sólo a un olvido humillante, sino a todo un proceso de mutilación y corrección política.