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jueves, 21 de julio de 2022

China global. Un poder comunista, capitalista y nacionalista de Sergio Fernández Riquelme

Confucio afirmó que «el verdadero conocimiento es conocer la extensión de la propia ignorancia
». Y los occidentales conocemos poco y mal la idiosincrasia de una de las civilizaciones más antiguas del mundo, la china, a la que Napoleón comparó con un gigante dormido que, al despertar, sacudiría al mundo. Y ya lo está haciendo. Sorprendentemente, bajo la batuta del Partido Comunista Chino, el país asiático se ha convertido en una superpotencia de primera magnitud, admirada y temida en todo el orbe. Para desvanecer en parte nuestra ignorancia, a fin de que podamos conocer las causas del desarrollo chino hasta alcanzar en el escenario internacional una posición de preeminencia, pero también para advertirnos sobre sus procedimientos totalitarios, que con preocupación vemos extenderse en Occidente, Sergio Fernández Riquelme, profesor titular de la Universidad de Murcia, ha escrito este acertado libro: China global. Un poder comunista, capitalista y nacionalista.

El autor divide su trabajo, de apenas 132 páginas, en tres partes, centradas en las características del comunismo oriental o democracia popular china, en el capitalismo de Estado y en el nacionalismo conservador, que propugna una patria unificada, defiende la moralidad pública y los valores tradicionales chinos y recurre sistemáticamente a la propaganda, la censura y la represión. De modo que se abarcan los aspectos políticos, económicos e ideológicos, así como sus aplicaciones concretas, que caracterizan a la China global, dirigida desde 2012 por el nuevo timonel Xi Jinping.

Y aunque como observara mi admirado Gómez Dávila, el «gran historiador no es tanto el que advierte defectos en lo que admira como el que admite virtudes en lo que detesta», prefiero detenerme o dar preferencia a la chinatización de Occidente, acelerada a partir de la pandemia de coronavirus, de la que el Partido Comunista Chino ha sabido sacar tajada. Tanto es así que para Raúl González Zorrilla, director de la Tribuna del País Vasco, medio que por cierto edita este libro, y que aquí firma un prólogo inmejorable, China tiene un plan «claro y brutal, vigilando a los unos y a los otros, seduciendo a los que nos mandan y endeudando a los que nos gobiernan, y planeando un devenir donde esta «quinta revitalización» cambie la faz de China y del mundo». Aparece, así pues, «en el horizonte, como utopía triunfante o distopía amenazante, este modelo de China Global, copiado directamente por las élites de otras naciones (a la hora de mandar sin oposición y de vender sin restricción), e imitado indirectamente en algunos aspectos «funcionales» por otras (especialmente en algunas vigilancias durante el contexto de la pandemia de Covid-19)». Y que junto al absolutismo socialdemócrata que corroe a la Unión Europea, a Estados Unidos y a la totalidad de las instituciones globales (...) puede dar lugar a «una aterradora distopía autocrática que podría dejar en un juego de niños a las principales tiranías sufridas por la Humanidad en el pasado siglo XX». En fin, que «ese petulante y neocomunista Nuevo Orden Mundial que tratan de imponer instituciones políticas, financieras y culturales que solamente representan a unas élites no elegidas por nadie, se parece demasiado a China».

Como colofón, un acierto del autor y una propuesta de mejora. El acierto son las fuentes documentales que, indicadas a pie de página, pueden servir al lector para profundizar en la materia de las relaciones internacionales y de la historia contemporánea (y estoy pensando principalmente en las revistas consultadas por Fernández Riquelme). Y en cuanto a la propuesta de mejora, se podría haber ahondado en la responsabilidad de China en la pandemia del Covid-19 y en las relaciones de altos cargos del Partido Comunista Chino con las farmacéuticas que han hecho su agosto inoculando con sustancias experimentales a millones de personas, por medio de la coacción y de campañas masivas de terrorismo informativo.

Y al hilo de las extrañas conexiones entre los dirigentes chinos y las farmacéuticas occidentales, el editor subraya en el prólogo dicha alianza, como si de la clave principal se tratara para entender lo que pasa en estos momentos en el mundo. Pues «lo que está emergiendo fruto de la alianza del nuevo comunismo con el turbocapitalismo financiero es una novedosa y aterradora realidad tan perfecta como el virus del Covid-19: gobierna a través del terror y la emergencia permanentemente impuesta, induciendo a las masas dramáticamente asustadas y cada vez más empobrecidas a aceptar decisiones drásticas y antidemocráticas como el único salvavidas para asegurar las vidas. En el nombre de la seguridad sanitaria, en el nombre del medio ambiente, en el nombre de Ucrania, en el nombre de la crisis energética o en el nombre de la Agenda 2030, se legitima la expropiación de la democracia y de los derechos más elementales, así como la creciente violación del espíritu y la letra de la Constitución».

En fin, ya no sigo. Es evidente que este libro es un buen aporte para entender un poco mejor el mundo diabólico y con mil aristas en el que vivimos.

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