Voy a escribir sobre una película que me ha gustado pero que no es ni la mitad de lo que podría haber sido. Por un lado, he sentido nostalgia por sus escenarios, que me han evocado recuerdos preciosos y de un elevado valor sentimental para mí. Por otro lado, aunque Tierra prometida empieza muy bien, y continua mejor, acaba siendo un desastre. En consideración a esos recuerdos despertados por la película de Matt Damon y Gus Van Sant he decidido ordenar mis pensamientos para arrojar luz sobre lo que he visto y poder estimarlo justamente.
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jueves, 25 de abril de 2013
martes, 23 de abril de 2013
Un monstruo viene a verme de Patrick Ness
No
me lo esperaba, la verdad. Compré este libro la segunda vez que lo tuve entre mis manos,
pues ya le había echado el ojo en una primera ocasión. Quizá me dejé llevar por
las buenas referencias (en mi opinión exageradas, porque su estilo es muy pobre, aunque no su contenido), o por las amenazadoras ilustraciones que acompañan al
texto. Pero lo cierto es que no sabía de qué iba la historia, y por tanto no sospechaba si se trataba de un relato de terror o de otra cosa distinta. Pronto resolví las dudas. Hay terror, sí, un terror íntimo y angustioso. Y aunque Un monstruo viene a verme es un libro juvenil tanto en la forma como en el estilo que propone el autor, el relato desprende una tristeza infinita.
domingo, 21 de abril de 2013
Luz de Vísperas de Mauricio Wiesenthal
Este
libro se convertirá con el paso del tiempo en un clásico. Su calidad literaria
es un aval muy serio. Bien es verdad que los grandes libros de cada época son
clásicos (es decir, permanecen en el tiempo) precisamente porque son valorados,
ponderados, rescatados del tiempo y el olvido por las sucesivas generaciones,
que ven en ellos obras de valor incalculable. En la medida que este libro sea
celebrado por mis contemporáneos, podrá silenciar el ruido superfluo que
produce el mundo y su literatura y permanecer durante muchas generaciones de
lectores como la joya que es. La gran adversidad con la que se va a encontrar Luz de Vísperas es que en nuestra época quedan tan
pocos sabios, y están tan dispersos, que los genios actuales como Mauricio Wiesenthal se disuelven entre la indiferencia
general, la vulgaridad y la incultura. Yo, por mi parte, haré lo que pueda para
que las pocas obras maestras con las que topo de tanto en tanto no caigan en
saco roto.
domingo, 14 de abril de 2013
La caída del Imperio Romano de Arther Ferrill
Roma construyó en la Antigüedad un imperio sin parangón. De hecho, su auge fue tan grande que los propio
romanos creían estar bendecidos por los dioses. Incluso Virgilio compuso la
épica Eneida para entroncar la fundación de su ciudad con un pasado mítico que
los emparentaba con ilustres troyanos y con divinidades olímpicas como el dios
Marte. Si su influencia en el mundo es inmensa, la repercusión de su caída no fue
menos determinante para la historia universal. Sobre esta cuestión se han
escrito cientos de volúmenes, y los eruditos han ido presentando tesis
diversas sobre los motivos fundamentales de la caída del Imperio Romano.
Clásicos como Gibbon o Mommsen establecieron interpretaciones oficiales que han
sido matizadas con los años. Me parece que Arther Ferrill es una voz autorizada
para discutirles. Y en este brillante estudio, La caída del Imperio Romano, el
autor analiza el fenómeno del derrumbe de Roma y apuesta finalmente por causas militares como elemento axial de la caída. Me pareció en su día un
estudio muy acertado y jugoso, y ahora me he animado a desmenuzarlo.
miércoles, 10 de abril de 2013
Reflexiones en torno a la pintura: Caravaggio, entre la luz y las tinieblas
Caravaggio es
uno de los mayores genios de la Historia del Arte, y para mí uno de los más emocionantes y curiosos. El artista italiano fue, por encima de todo, un personaje escandaloso preñado de talento. Sus cuadros entran por los ojos con irresistible fuerza,
porque son sencillos, puros, magistrales; pero también elaborados, profundos, fascinantes. No he visto en ningún otro artista
iluminar a sus personajes con tanta pureza... eso sí, entre las tinieblas de un
mundo en estado de pecado y siempre dispuesto a tentarnos. Caravaggio, con
su furia creativa, me atrapó irremediablemente cuando me situé frente a varias de sus obras repartidas por la admirable ciudad de Julio César. No obstante, no me dejaría más
admirado que a sus contemporáneos cuando, con su maestría con el pincel, dejó atrás el Renacimiento tardío y aplicó en pintura un nuevo y llamativo estilo: el barroco.
lunes, 1 de abril de 2013
El conde de Montecristo de Alejandro Dumas
El conde de Montecristo es no sólo todo un clásico, sino además toda una novela popular. La diferencia entre aquella literatura y la nuestra es que lo que hacía Alejandro Dumas y compañía, aunque fuera popular, trataba de fondo asuntos serios. Al margen de que la diferencia de calidad entre una y otra es enorme. Hoy en cambio predomina entretener a toda costa. Antes entretener era ser hábil en la forma de narrar, ahora es prácticamente la única preocupación del novelista. Tendrá que ver con la demanda, digo yo, que cada vez es menos exigente y culta.