Hegemonía española y comienzo de la Era europea de Pío Moa | Reseña y comentario crítico

Desde luego sorprende el contraste entre la actual España, decadente y satélite de Inglaterra y Usa, con aquella otra que durante siglo y medio fue primera potencia europea, capaz de descubrir y civilizar un mundo ignoto y, a través del nervio del idioma castellano, gestar una cultura de variedad y riqueza admirables. También admirable es la obra del historiador Pío Moa, que, referida a este periodo, ha visto la luz en la primavera de 2022. Para el escritor de origen gallego «los hechos revelan que la impronta de España en la historia humana entre finales del siglo XV y mediados del XVII ha sido objetivamente excepcional». En su libro Hegemonía española y comienzo de la Era europea, de 546 páginas, se ocupa en demostrarlo. Magistralmente, por cierto, tanto por el tratamiento del contenido, como por el tono y el estilo destinados a exponerlo.

Dicho ensayo, así pues, es un estudio detallado y una reivindicación de los mejores tiempos de España, aquellos que corresponden al llamado Siglo de Oro. Los mismos se describen y analizan con gran rigor, lucidez y amenidad, compaginando la historia política, bélica y económica, con la cultural, espiritual e ideológica. Todo ello entreverado con semblanzas de personajes notables y sus logros, y observaciones y puntualizaciones sobre todo género de cuestiones históricas, que revelan, por su claridad al plantearlas y su capacidad parar dirigir la atención o el interés hacia asuntos o aspectos clave, una mente intelectualmente pletórica.

De entrada, Moa reacciona contra cierta historiografía pretendidamente seria, cuyo abrevadero ha sido y es la propaganda antiespañola, también conocida como leyenda negra, elaborada por los enemigos de España, principalmente por los anticatólicos protestantes, pero también por Francia. Frente a la propaganda antiespañola, que persiste en abundante bibliografía y ha persuadido a personajes de gran repercusión mundial como el «papa» Francisco, a pesar de los hechos y las refutaciones, y de la inferioridad y el declive actuales de España, Moa opone algunas tesis, que distingue entre conclusiones clave y secundarias.

Los temas secundarios que el autor trata en profundidad, y que ofrecen una visión muy distinta de la aireada por la propaganda, se refieren al tribunal de la Inquisición, a la expulsión de los judíos de España, y a la ojeriza contra los reyes Habsburgo, considerada ésta una dinastía belicista y extranjera, pero que por línea materna era también española, y que se vio envuelta en guerras impuestas por expansionismos como el del Imperio otomano, salvando de paso a Europa.

En cuanto a los temas clave, el historiador se detiene a considerar el descubrimiento y la posterior conquista de América, haciendo un balance de la misma; la acción española en el Mediterráneo, consagrada a frenar al islam norteafricano y sobre todo al Imperio otomano; y la pugna con el protestantismo, que suponía una revolución profunda y ponía en peligro la unidad cristiana de Europa.

En definitiva, con la descripción y el análisis del periodo hegemónico español ofrecida en este libro, además de darlo a conocer, Pío Moa ha tratado de ofrecer las posibles causas de la sorprendente hegemonía española, pero también las razones de su declive. No en vano, el objeto de dicho estudio es tratar de entender y explicar cómo en pocos decenios se convirtió España en la primera potencia de Europa, con enorme dominio efectivo sobre buena parte de ella; cómo descubrió, exploró, conquistó, pobló, organizó e incorporó a su monarquía una inmensa porción del mundo hasta entonces conocido; y cómo generó una cultura tan densa y variada bajo el dominio de una Inquisición supuestamente oscurantista y represora. Para Moa la explicación de «la superioridad de España fue cualitativa. Era el país internamente mejor organizado de Europa, con una estabilidad muy superior a cualquier otro. Lo cual se debía a sus instituciones administrativas, centralizadas pero flexibles, a instituciones como la Casa de Contratación, un organismo administrativo y científico, a las universidades, en particular las de Salamanca y Alcalá, y al número de estudiantes en ellas, por un tiempo superior a cualquier otro país; y a la mejor organización naval y militar. En consecuencia tenía excelentes pensadores, artistas y escritores, técnicos medios, los mejores marinos, soldados, almirantes y capitanes... La decadencia posterior puede describirse también como anquilosamiento de aquellas instituciones y del espíritu que las informó». Una organización y un espíritu «esforzado, inteligente, inventivo y arrojado» que nacieron, por cierto, con los Reyes Católicos. Dato relevante sobre todo por su condición de cristianos, y también de humanistas, que sin duda influyó en la materialización de su obra.

Con los Reyes Católicos se inauguró en fin el comienzo de la Era europea, ciclo histórico al que puso fin la II Guerra Mundial. Y aunque el señor Moa también analiza y resume cómo ha sido este declive, no merece la pena alargar más esta reseña, sino recomendar sin reservas la lectura de esta magnífica obra, capaz de armonizar una inmensa cantidad de información, personajes, acontecimientos, movimientos e ideas, y de darles cabal explicación; hasta el punto de lograr reivindicar un pasado en el que España fue regidora e independiente, con vistas a derrotar la propaganda en su contra y a sentar las bases de un improbable pero anhelado resurgimiento español (un resurgimiento que, pese a quien pese, ya se experimentó durante el régimen del general Francisco Franco).