sábado, 21 de julio de 2012

Batman III (película): El caballero oscuro: La leyenda renace de Christopher Nolan

Aunque La Cueva es un lugar dedicado a los libros, el estreno mundial de la tercera película de Batman de Christopher Nolan, no deja de ser un acontecimiento cultural de enorme trascendencia, y es que el superhéroe americano se ha ido convirtiendo, desde su nacimiento en mayo de 1939, en un icono cultural, en uno de los dioses contemporáneos. Pero su nacimiento no tuvo lugar en el cine sino en el género literario —infravalorado, generalmente con razón— de los cómics. Los creadores de Batman, Bob Krane y Bill Finger desarrollaron un personaje convertido a día de hoy en símbolo que atrae a millones de personas en todo el mundo. Y es que el Señor de la Noche atrapa por su sugestivo aspecto visual, y su mezcla de relato negro y acción. Pero lo que identifica realmente al Hombre Murciélago con el público es que no es un superhéroe con poderes, sino un hombre corriente que se ha esforzado en la vida para erradicar el crimen, motivado por un traumático episodio de su infancia. Con todo, las notas a esta película son también —y sobre todo— una invitación a la lectura de las historias de uno de los personajes de ficción más importantes de la historia.

        Hoy sin embargo quiero comentar algunas cosas sobre el cierre de la trilogía cinematográfica del Batman de Nolan, El caballero oscuro: La leyenda renace. Las expectativas eran muy altas, sobre todo tras la magnífica cinta —sobrevalorada, y que desató una euforia excesiva en las masas— de El caballero oscuro (2008). Esta era una película tenebrosa que además contaba con el magnetismo del villano principal de Batman, su archienemigo: el Joker. La cinta que comentamos hoy no alcanza el mismo resultado, aunque la sensación pueda ser que el cierre de la trilogía es satisfactorio. Y lo es, aunque debo decir que a mi juicio la película es decepcionante. Yo al menos he detectado en esta obra que el director británico está fatigado. Y dicho esto, me explico.

       El punto fuerte de Christopher Nolan en los últimos thrillers que ha estrenado ha sido la puesta en escena. En la realización ha destacado como un mago, un ilusionista capaz de atrapar la atención del espectador y asirlo a la butaca, un experto del ruido más que de las nueces. Y lo ha hecho de manera prodigiosa. En esta ocasión, a mi modo de ver, esa mezcla de escenografía y sonido, decorado e iluminación, vestuario e interpretación, es mediocre. Digo más: la propia dirección es un desastre. Si en otras películas el director inglés ha sabido rodar con elegancia, en esta me atrevo a decir que la dirección ha destrozado todo el trabajo. Por ejemplo, para hacer el cambio de escenario, Nolan aprovecha planos aéreos —que por otra parte ayudan a embobar al público—, algo que siempre ha hecho muy bien (como Fincher), pero abusando de ellos. Quizá este tipo de planos no cansen al espectador, pero sí lo hacen el plano medio y primer plano que ha usado de manera rutinaria en toda la cinta, sin explotar el talento de los actores. Mal —muy mal— Michael Caine, Morgan Freeman y Gary Oldman. Tres actorazos que aquí están para cobrar el talón y poco más. Bien es cierto que el primero no puede hacer mucho porque su personaje (Alfred) es tratado en la cinta con patetismo. Mejor Joseph Gordon-Levitt; muy bien Christian Bale y Anne Hathaway. Y sensacional Marion Cotillard. Del monstruo del bozal (Bane), en todo momento mostrado en contrapicados, mejor no hablamos.

        En relación con lo anterior, la forma de filmar tiene mucho que ver con las pretensiones del director. Christopher Nolan se ha excedido  en grandilocuencia en Batman III (la épica no es el exceso de extras o los diálogos grandilocuentes e inverosímiles o la mezcla de músicas martilleantes que no cesan y el uso de efectos especiales muy bien realizados), porque sus ambiciones se quedan en humo, en fuegos artificiales. Los diálogos son grandilocuentes, ridículos a veces, verborreicos, con ínfulas elevadas pero vacíos. Un poco de atención a los diálogos es suficiente para que éstos produzcan bochorno. El humor es fácil y estúpido (al margen del cinismo de Catwoman, que está muy bien), y los besos de cartón piedra no vienen a cuento y llegan a irritar. U otra de las manías de Nolan: subrayar lo evidente, tomar al espectador por idiota; se ve que no ha podido controlar su elocuencia y genialidad. Pero le aseguro al gran director que no es necesario que subraye con palabras el momento final en el que el comisario descubre la identidad de Batman, con un fotograma es suficiente. El público es capaz de relacionar dos imágenes sin texto, aunque pensándolo bien...

         Las músicas y el sonido son caso aparte. Parece que Hans Zimmer ha utilizado para El caballero oscuro: La leyenda renace las melodías que le sobraron de Origen. Y esto si que lo considero un fraude. No han sido capaces —o no han querido— de dotar de una banda sonora con personalidad a la última cinta de la trilogía. Ni siquiera las músicas líricas merecen la pena. Y por otro lado está el recurso de machacar cada escena con música atronadora, sin permitir que fluya el drama de manera natural, para encubrir las carencias, se entiende.

              Pero es que por no merecer, no vale la pena ni la fotografía. No hay una maldita escena en la que el superhéroe llame la atención. Las localizaciones son feas y grises, anodinas, y no funcionan para dotar al relato de una atmósfera oscura. Me sobra hasta la nieve. Por otro lado, el guión es confuso pero tiene solidez, hay giros brillantes pero que no dejan de ser nuevamente trucos de ilusionista. En la escritura de guión a Christopher lo ha acompañado su hermano Jonathan Nolan (Person of interest). 

          Las escenas de acción se reducen a enfrentamientos o persecuciones. Y la mejor es el prólogo de la cinta. Pero ¿dónde está Batman? Al protagonista le cuesta levantarse de la cama casi toda la película, y cuando lo hace no parece un personaje atormentado pero decidido a sacrificarse por sus principios, sino un jubilado que se cree capaz de librar a Gotham City de la mayor amenaza que ha sufrido en su historia. No he sido capaz de ver en él ninguna evolución psicológica, como sí se aprecia en Batman Begins y en El caballero oscuro. 

              Frente a él se encuentran sus enemigos. En esta ocasión le toca el turno a un tipo mucho menos carismático que el Príncipe del Caos: el Joker. En El caballero oscuro, Heath Ledger estuvo magnífico, y su personaje fue de verdad revolucionario. Sabíamos que el villano que vendría sabría a poco, y así ha sido. Un mercenario de La liga de las sombras de Ras's al Ghul, Bane, pretende arruinar la fama de Batman y destruir la ciudad de Gotham, y para eso ponen en marcha una campaña de desprestigio (muy bien trazada por Nolan) de Bruce Wayne. Más que quitarle la vida, lo que desean los terroristas es arrancarle a Wayne la tercera vida de la que habla Jorge Manrique.

          En cuanto al mensaje no me apetece decir demasiado. Lo cierto es que la cinta apenas me ha sugerido nada. Las fuerzas de seguridad están formadas por individuos inútiles y cobardes, y Nolan insinúa la necesidad de un héroe. Sobre todo la necesidad de tener esperanza, de aguardar la llegada de algún redentor, el retorno del Mesías. Pero Batman es un superhéroe y también un hombre. Morirá. Por eso Christian Bale dice que Batman es un símbolo, y que cualquiera podría ser Batman. Habla de que otros pueden relevar su antorcha. Por otro lado, el caos que siembra Bane en la ciudad de Gotham es un calco a la Revolución Francesa, y la toma del presidio, al asalto a la Bastilla (un episodio histórico adulterado). No le veo profundidad al asunto. Bane es un tirano como lo fue Robespierre, Marat o Danton, pero es que Batman es Napoleón. Bane habla de dar la soberanía al pueblo pero sumiéndolo en el caos, y Batman restaura el orden fuera de la ley, como hará a partir de entonces el inspector que no soporta que el sistema ponga trabas a los que persiguen a los criminales (Robin). Por tanto, o tiranía o despotismo ilustrado, porque el sistema está compuesto por políticos corruptos y fuerzas de seguridad incompetentes. Nolan no nos da alternativa. Bueno, cree en el pueblo. Una confianza que yo no tengo. El optimismo antropológico  es una ilusión peligrosa que choca con la realidad, pues la gente no deja de ser distinta de los políticos, los policías y los criminales (quienes también son parte del pueblo). «Por sus obras los conoceréis.» Y si una ciudad está sumergida en el caos, será porque a sus ciudadanos no les va mal moviéndose en el fango.

        Después de todo, Batman III: El caballero oscuro: La leyenda renace es un ejercicio pirotécnico. Nada más. Una cinta que dura tres horas y que nada tiene que ver con el cine de autor —como me comentaba un amigo, quien me alentó para escribir este comentario—. El cine podrá ser diferenciado de muchas maneras, pero a mí me gusta hablar de dos fundamentales: el cine de evasión o entretenimiento, por un lado, y el cine dramático, por otro. Christopher Nolan no es Hitchcock, como El dictador de Sacha Baron Cohen no es Profesor Lazhar (una película preciosa que he visto esta misma semana en el cine). Hoy, en esta jungla ruidosa, parece que lo que no es impulsado por el marketing no es tan valioso. El caballero oscuro: La leyenda renace seguramente no volveré a verla, pero a Hitchcok regresaré siempre. La diferencia la marcan las buenas historias y cómo éstas son contadas. Aun así, Christopher Nolan ha sabido fabricar una trilogía acerca de un icono cultural como Batman de gran nivel.



4 comentarios:

  1. me parece un insulto y una falta de conocimiento, el comentario es mas una "hablada" para hacerse el que todo lo sabe me parece muy ridiculo el comentario sin contar las tonterias que en mi opinion y con respeto me parece que ha dicho en ese discurso que ha escrito me parece hasta ... amm no encuentro la palabra adecuada para describir el "discurso patetico y falto de buen gusto"

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  2. ¿Buen gusto, señor anónimo, es con lo que usted está de acuerdo? ¿Por eso este "discurso" es de mal gusto? Para que pueda tomar en serio su comentario debería usted, en primer lugar, expresarse correctamente. Alguien que pretenda escribir seriamente sobre algo deberá ajustarse a las normas gramaticales y ortográficas básicas. ¿Estamos de acuerdo en esto?

    Por otro lado, no crea que no me he preguntado para qué narices sirve un comentario literario, o una crítica cinematográfica, pero estoy convencido de que la cultura siempre ha pertenecido a unos pocos y que sin maestros o referentes el resto se pierde entre lo vulgar y lo mediocre. Creo que usted será consciente de que escribir una crítica cinematográfica no supone necesariamente que el autor del texto sepa de todo, pero por lo visto usted se cree con autoridad para calificar el comentario de "insulto", "ridículo", "patético" y en el que se dicen "tonterías". Desde luego, con su sentencia no sabemos porqué a usted le parece una gran película -en el caso de que se lo parezca-, ni todo lo contrario.

    Ni Nolan es familiar mío, ni tampoco mi dios favorito, ni tengo porqué venerarlo; tampoco voy a aplaudir con las orejas todas las películas que estrene, o al menos las que no me gusten. ¿Lo haría usted? Y lo que tampoco voy a hacer es decir que una película -o un libro- está muy bien porque la tendencia sea esa. Mire, yo prefiero -como en este caso- ver un película y hacer mi propio juicio. Destaco lo que me ha parecido acertado y llamo la atención sobre lo que no me ha parecido tan logrado. E incluso algunas veces hago pública esta reflexión, aunque casi todas me las guardo. Pero las que publico, tenga por seguro, no están hechas para gustar a todos.

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  3. hola, muy bueno el blog y sus opiniones, salvo algunas, respecto de esta pelicula, a mi mucho no me gusto, la mas floja de las 3, pero es visible igualmente, la mejor sin duda es la 2 q me parecio sensacional, el final un poco suave quizas pero ledger la hace una gran pelicula, si de entretenimiento, que nadie dijo que deba ser otra cosa, pero si creo que son otra cosa las grandes peliculas de entretenimiento como para mi watchmen sacada muy bien del comic, no es hitchcock ni fellini, pero el fin es otro en mi opinion, dar un mensaje facil de entender, y con accion sostenida pero tienen que tener trama, contenido, q para mi es lo que tienen batman 2 y watchmen, esto rivaliza con la vision de la cultura como algo que tiene q ser denso complicado, solo para entendidos, para mi son diferentes partes de la cultura, y como en estos ejemplos si esta bien hecho se disfruta, entretiene y hace pensar como el batman de miller y no tanto el de adam west. no me paso esto con 300 por ejemplo que a pesar de estar bien hecha, ni informa sobre grecia ni se sostiene su argumento, saludos.

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  4. He trabajado el tema de la cultura y de las diversas formas de cine en "La cultura en las series de televisión". Y sí, está claro que hay un cine que sólo busca entretener, sin mayores pretensiones, y otro que va un poco más allá, o lo intenta.

    Yo quería poner aquí el acento en el seguimiento masivo que ha tenido esta reciente trilogía de Batman, pues éste se ha confundido con la calidad. A mi entender. Por eso creo que en realidad las dos últimas películas están sobrevaloradas. No en vano, sobre todo la segunda aparece entre las 10 mejores películas que se han hecho nunca en no pocos índices en Internet. Y me parece un "escándalo". Considero que 'El caballero oscuro' sin ser mala película está sobrevalora, y que Batman III (La leyenda renace) es muy floja. La primera en cambio sí me parece una gran película; ella fue la que rompió moldes e inició una serie que apuntaba muy alto. Nolan ha seguido volando alto pero al final se ha estrellado. También tenía el inconveniente, en esta última película, de no contar con el Joker... Pero en fin, por qué no me ha gustado está mejor explicado en el artículo.

    Y disiento contigo finalmente en Watchmen y en 300. A mí Watchmen, te hablo de la película, me aburrió; más allá de que esté lograda o no. Y el comic, que encuentro más hecho, tampoco me seduce. Quizá porque a pesar del mundo decadente que refleja Watchmen, ninguno de los "héroes" tiene carisma para atraparte. Te digo más: Alan Moore también es un autor sobrevalorado. Para mí su mejor obra, que por cierto he comentado aquí en La Cueva, es From Hell.

    Y en cuanto a 300. Me parece que has sido víctima de algo en lo que todos caemos. Y tú mismo lo decías al principio. 300 no es una obra divulgativa que pretenda ser un reflejo fiel de la Esparta de Leónidas, es entretenimiento puro, y está dirigido a un público masculino que vibra con los músculos de los personajes y no con sus reflexiones. Por eso decíamos al principio que conviene distinguir entre clases de cine. 300, Batman, Avatar, no son Los pájaros, El árbol de la vida o La Palabra. Ni quieren serlo, y además ayudan con sus taquillazos a que la industria del cine sobreviva.

    Otra cosa es si el cine de calidad (el de estas últimas películas que citaba) está agonizando. Yo así lo creo. Aunque afortunadamente, en medio de la oscuridad, siempre salen pequeñas obras maestras.

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