lunes, 22 de febrero de 2021

Los césares del imperio americano de Pedro Fernández Barbadillo

El interesante libro que tengo ante mí, Los césares del imperio americano, fue publicado en 2020. Consta de 439 páginas, y su autor es el periodista Pedro Fernández Barbadillo. 

Brevemente, dicho libro es una crónica de carácter informativo sobre los cuarenta y cinco presidentes de los Estados Unidos, centrada en sus vicisitudes, facultades, planes de gobierno, campañas electorales y, en definitiva, el complejo sistema político de la nación más poderosa e influyente del último siglo.


El libro, escrito en un estilo desenfadado y fresco, se divide en un puñado de capítulos, y estos a su vez en breves artículos. 


De entrada, el autor destaca que los Padres Fundadores alzaron un régimen sustentado en una serie de controles y equilibrios entre las instituciones y el pueblo. El resultado fue una república. En realidad, Fernández Barbadillo aclara que los Padres Fundadores «quisieron una república, no una democracia»; puesto que república significaba para ellos «un gobierno basado en leyes, con el poder limitado para impedir que la libertad estuviera en riesgo; y democracia, como en la tradición de los pensadores de la Grecia clásica, equivalía a la tiranía de la mayoría manipulada por la demagogia. Por tanto, establecieron un sistema de equilibrios (checks and balances)».


Dicha concepción dio lugar a una doble soberanía: la de los estados, por un lado, y la federal, que emanaba de aquellos. En resumen, el proyecto constitucional se resumía y asentaba en el imperio de la ley, en una declaración de derechos fundamentales, un gobierno representativo y separado en tres ramas, un Congreso bicameral y un concepto de federalismo que respetaba la autonomía de los gobiernos estatales.


Pero más allá de los principios fundacionales y su plasmación concreta, de la evolución histórica de la gran nación norteamericana y de las innumerables curiosidades y anécdotas que hacen más atractiva la lectura de este libro, el apartado más sustancioso del mismos es el último.


En las ochenta páginas finales Barbadillo sintetiza el legado de los cuarenta y cinco presidentes de los Estados Unidos, desde George Washington a Donald Trump. En este capítulo el autor ofrece una serie de claves y desmiente algunas nociones equivocadas, poniendo en solfa viejos e inveterados prejuicios.


De entre todos los gobernantes americanos, el presidente Woodrow Wilson (1913-1921) es sin duda uno de las más importantes e influyentes en la historia de los Estados Unidos, entre otras cosas porque bajo su doble mandato el mundo se puso a los pies del incipiente imperio americano. Este presidente forzó la entrada de USA en la Primera Guerra Mundial. Impulsó el desmembramiento del imperio austrohúngaro. Propugnó un nuevo orden mundial de cuño masónico y progresista. «Su presidencia creó el primer organismo de propaganda y manipulación moderno». Auspició la fundación del CFR, «una de las instituciones más influyentes a nivel mundial en el siglo XX». Y su Sociedad de Naciones desestabilizó Centroeuropa y alentó el resentimiento alemán, motivando la segunda gran guerra. 


En definitiva, Wilson «aportó a la política exterior estadounidense un elemento idealista que en muchas ocasiones se ha visto como una capa de hipocresía que enmascaraba el simple imperialismo». Rompiendo con la tradicional neutralidad de los anteriores gobiernos de USA, Wilson preconizó una especie de mesianismo, según el cual la nación americana era la encargada de extender la democracia y la libertad en todo el mundo.


Como no es mi intención hacer un resumen del balance de las distintas Administraciones, ni siquiera de las más importantes, salto hasta los dos últimos presidentes con cierto legado, no sin antes destacar una de las claves de la historia de los Estados Unidos señalada en este libro. Se trata de la dialéctica entre políticas progresista y conservadoras. La hegemonía izquierdista, según el autor, sólo fue cuestionada, incluso revertida en buena medida, con el conservador Ronald Regan en la Casa Blanca. Desde entonces, el dominio izquierdista en el terreno político, cultural y moral, sólo ha encontrado oposición con Donald Trump, cuyo legado más importante en dicho ámbito ha sido el desprestigio absoluto de los medios de comunicación tradicionales. Por el contrario, Obama, que recibió el Premio Nobel de la Paz al principio de su mandato, contra todo pronóstico, polarizó el país. Y concluye el autor diciendo que «la hostilidad racial y la división eran mayores cuando se retiró de la Presidencia que cuando entró en ella».


Finalmente, Pedro Fernández Barbadillo considera que el imperio americano goza de buena salud y «no está dispuesto a renunciar a su condición de superpotencia ni de faro democrático», a pesar del Estado profundo que se ha delatado recientemente, saboteando los destinos de USA, y de que los ricos tienden hoy hacia China como impulsora del nuevo globalismo.


Dicho lo cual, y aunque se podría profundizar en numerosas cuestiones, Los césares del imperio americano me parece un libro muy bien trabajado, muy entretenido y muy recomendable.




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