domingo, 19 de agosto de 2018

El último Papa de Malachi Martin

Dice el Catecismo promulgado por Juan Pablo II en 1992 que la Iglesia Católica habrá de afrontar una última prueba terrible. Y no es éste precisamente un catecismo que inspire sospecha. De acuerdo al número 675 del mismo, y según la tradición católica, «antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad». Repárese, pues, en la advertencia de la que es consciente la Iglesia: sobrevendrá una impostura religiosa, es decir, una falsa iglesia engañará a los fieles con apariencia de verdad.

Continúa el mismo número del Catecismo explicando que «la impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne». ¿Y no vivimos precisamente en la era de los derechos humanos? ¿No es la era de los ídolos de carne y hueso? ¿No es la era de las organizaciones humanitarias y del humanitarismo profano? ¿Y al mismo tiempo no es tiempo de olvido de Dios, de desprecio de lo sobrenatural y de violación de los derechos divinos? ¿Y no es precisamente el ideario de la secta del antipapa Francisco, rendida a lo terrenal, que predica una falsa caridad y apuesta cada vez más abiertamente por una dimensión más solidaria y social, por los derechos del hombre y la democracia, y en definitiva por los principios de la masonería (que son los del mundo)?

Esta introducción es necesaria para hacer entender que no es lo mismo la Iglesia Católica que la impostura religiosa que trata de suplantarla. Y sólo a raíz de esta pugna decisiva se entenderán los acontecimientos presentes y lo que el autor de El último papa (Windswep House o La casa azotada por el viento) reveló en su más notable novela, aparecida en 1996, y que probablemente le costó la vida. 

Malachi Martin se distinguió, además de por su fe católica y por su ordenación sacerdotal como jesuita, por su currículo académico. Se hizo con tres doctorados, en lenguas semíticas, arqueología e historia oriental. Ejerció de profesor y exorcista durante décadas, y se relacionó con los más altos dignatarios del mundo y de la Iglesia Católica. Esta posición de privilegio le permitió conocer muchos secretos. Los últimos cuarenta años de su vida recibió un permiso especial y se alejo de Roma, por lo que pudo escribir algunos libros. En ellos fue volcando progresivamente su desencanto con la jerarquía católica... En El último papa, Martin noveló cosas escalofriantes, y aunque algunos lo llamaron hereje y le acusaron de formar parte de la curia que estaba desenmascarando, al menos todo aquello que dejó escrito fue visible para muchos algún tiempo después, otorgándole al sacerdote plena credibilidad.

Así pues, ¿qué cuenta Martin en El último papa? En su obra más polémica y reveladora, el ex jesuita irlandés describe las confabulaciones de un grupo de cardenales y miembros de la curia vaticana que trabajan infiltrados en la Iglesia para que ésta acepte el Nuevo Orden Mundial. Entre ellos hay masones, homosexuales y satanistas, que no dudan en chantajear y asesinar para lograr su propósito. No en vano la obra se inicia con la celebración de una misa negra, vívidamente descrita y que el autor no dudó en posteriores entrevistas en asegurar que fue un hecho real. Al parecer dicha misa negra inauguró la era de Satanás. Curiosamente, la fecha de inicio de esta era coincidió con la convocatoria del Concilio Vaticano II, cuyos frutos son, al menos para no pocos fieles, nefastos.

A pesar de todo, se le podrían hacer al autor algunos reproches. Por ejemplo, en esta novela, el llamado Papa eslavo es inocente, y son los lobos que lo rodean los responsables del derrumbamiento de la Iglesia. Sin embargo, parece difícil creer a estas alturas que los papas conciliares ignoraran lo que se cocía en las entrañas del Vaticano. Sea como fuere, quien lea esta novela no podrá evitar preguntarse: ¿será verdad lo que en ella se cuenta?

En fin, yo creo que vivimos una época enajenada, invidente y oscura. Y una prueba no pequeña es que nunca como hasta ahora se ha hablado tanto de amor, libertad, igualdad y fraternidad, y sin embargo nunca como hasta ahora la mentira ha sido mayor, ni la falta de satisfacción, armonía o paz interior, tan evidentes.



Anexo: 
Ya se legisla a favor de un «tercer sexo».
* Ya están asaltando la infancia para que sea aceptada la pederastia.
* Que la pederastia sea legalizada es cuestión de tiempo.
* The New York Times afirma que abolir la pena de muerte ha sido durante mucho tiempo una de las principales prioridades del papa Francisco, junto con salvar el medio ambiente y cuidar a los inmigrantes y refugiados. Es decir, objetivamos puramente mundanos. Ésa no es la Iglesia de Cristo, cuya ley suprema —a pesar de lo que crean los que están fuera de ella— es la salvación de las almas.

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