sábado, 23 de mayo de 2020

El precio del trono de Pilar Urbano (II): El príncipe becario

El segundo capítulo de El precio del trono, titulado «El príncipe becario», prosigue la crónica de la monarquía española en el siglo XX tejida por Pilar Urbano. En concreto, el reportaje de la periodista valenciana abarca en este segundo capítulo la formación de don Juan Carlos bajo la tutela de Franco hasta su nombramiento como sucesor del Generalísimo.

La primera impresión que me causó este valioso trabajo de Pilar Urbano, que ya hice público en un comentario anterior, es que a pesar de su acusado sesgo de opinión antifranquista, es un colosal trabajo periodístico, que narra la historia como si fuera una atractiva crónica novelesca publicada bajo el género del folletón.

En este puñado de páginas que abarca el segundo capítulo, aproximadamente unas doscientas, se describen las fricciones y recelos entre Don Juan y su hijo, la instalación del chico en España, la boda de Juan Carlos con la princesa griega Sofía, la promulgación de la Ley de Sucesión y el impecable manejo político de la maquinaria del Estado por parte de Franco. 

En mi opinión, lo más interesante del capítulo son los cuadros íntimos que presenta Urbano, entre Juan Carlos y su mujer, Juan Carlos y su padre, Juan Carlos y su gente de confianza, etc. Y, sobre todo, la mención que hace la periodista a los círculos de poder internacionales, como el CFR, la Comisión Trilateral y el Club Bilderberg, interesados en la política española y en buena medida orientadores de la misma. De hecho, hoy es posible hablar de Juan Carlos como un hombre captado por esos grupos de poder, y sometido a ellos. Lo cual es la prueba inequívoca de que toda democracia es una farsa política, en la que el pueblo no decide realmente nada ni tiene el más mínimo poder. 

Por último, cabe destacar la jura en las Cortes de los principios del Movimiento por parte de Juan Carlos, la tarde del 23 de julio de 1969. Principios que Juan Carlos traicionó en cuanto murió Franco; aunque mucho antes concedería entrevistas en el extranjero desmarcándose del régimen autoritario y se entrevistaría con personajes de la oposición, socialistas y comunistas, para forjar una «Monarquía de todos y para todos», bajo una forma de gobierno democrática, que ya estamos viendo en qué estercolero está degenerando gracias al conjunto de personas de ideología izquierdista. Pues el socialismo es avasallador y totalitario por naturaleza, y ya se sabe: le dan el pie, y se toma la mano.

En resumen, este trabajo ofrece, sin lugar a dudas, un valioso retrato de la figura del actual rey emérito de España. Relato que conviene conocer si se quiere entender la historia más reciente de España; teniendo en cuenta, eso sí, que la autora usa la pluma con cierta benevolencia, aunque presuma de lo contrario. 





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