domingo, 3 de mayo de 2020

La infravalorada creación de El señor de los anillos

De entre las más grandes epopeyas literarias de la humanidad, la más infravalorada de todas es la maravillosa creación de El señor de los anillos. El señor de los anillos es una singular novela de caballerías ambientada en un universo fantástico, en la cual se describen las hazañas y hechos fabulosos de unos personajes que comparten aventuras y misiones decisivas que se ven empujados a superar.

En El señor de los anillos se distinguen dos temas dominantes, hábilmente entrelazados por J. R. R. Tolkien: el de la guerra entre las ciudades libres occidentales de la Tierra Media y el siniestro poder de Sauron, por un lado, y, por otro, la misión de un pequeño grupo de héroes que se dirigen al Monte del Destino para destruir el talismán u objeto mágico en el que reside el poder de Sauron, también llamado el Señor de los Anillos, el Gran Ojo o el Señor Oscuro de Mordor.

Las fuentes de Tolkien son indudablemente los cantares de gesta, siendo muy visible la influencia en su gran obra del Cantar de los Nibelungos y la leyenda de Sigfrido, y también del poema anglosajón Beowulf. Esenciales son asimismo las Eddas escandinavas. Pero una influencia mucho más antigua y menos detectada por sus lectores es el gran Homero. En realidad, las dos obras magnas de Homero están fusionadas en El señor de los anillos con magistral pericia: La guerra de los hombres del Oeste contra las hordas de orcos y otras huestes de Sauron provenientes del Este (La Ilíada), y el viaje de ida y vuelta de Frodo y su compañía (La Odisea). Por último, la influencia en mi opinión más determinante de todas son los Evangelios.

En suma, la gran novela de caballerías de los tiempos modernos, El señor de los anillos, exhibe un cuadro impresionante en el que está descrito el interminable combate entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal. Ese combate acabará algún día. Tolkien asume este principio. Como asume otros. Por ejemplo el de la redención del hombre por medio de sus obras, el de que no hay victoria posible sin lucha, el de que el hombre vive rodeado de tentaciones que pueden corromperlo, o el de que existe una mano invisible que dispone los acontecimientos y los conduce al logro de un determinado fin. Todo ello enmarcado en un cosmos profundamente moral, en el que las concepciones del bien y del mal están claramente definidas y son comúnmente aceptadas por todos los personajes, y en el que abundan hermosas lecciones de lealtad, amistad y sacrificio.

Finalmente, acerca de la providencia que sobrevuela y al mismo tiempo impregna las páginas de El señor de los anillos, el autor se vale de una criatura indigna para mostrarla. Al principio de la obra, Frodo se lamenta de que Bilbo no hubiera matado a Gollum cuando tuvo ocasión, pero Gandalf le reprende: Merece la muerte, sin duda, pero "ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos. No hay muchas esperanzas de que Gollum tenga cura antes de morir, pero creo que aún podría salvarse: está ligado al destino del Anillo. El corazón me dice que todavía tiene un papel que desempeñar, para bien o para mal, antes del fin; y cuando éste llegue, la misericordia de Bilbo puede determinar el destino de muchos, no menos que el tuyo". Y así es, pues en el Monte del Destino, cuando Frodo y Sam han cumplido su objetivo, Frodo le dice a su compañero: "¿recuerdas las palabras de Gandalf? Hasta Gollum puede aún tener algo que hacer. Si no hubiera sido por él, Sam, yo no habría podido destruir el Anillo. Y el amargo viaje habría sido en vano, justo al fin. ¡Entonces, perdonémoslo! Pues la Misión ha sido cumplida, y todo ha terminado".

En definitiva, Dios escribe recto con renglones torcidos; ése es el principio fundamental al que se adhiere, y que demuestra, el genial profesor británico J. R. R. Tolkien. Y respecto a la razón de obrar así por parte de Dios, ésta pertenece a la esfera del misterio insondable; que es precisamente lo que convierte al misterio en atractivo, al desvelar siempre mucho menos de lo que oculta o guarda para sí.




1 comentario:

  1. He tenido muchos años para verla, y no ha sido hasta ahora cuando lo he hecho. Es una película maravillosa, me encantó y me emocionó hasta las lágrimas.
    Me ha gustado mucho tu comentario, pues cuando lo he leído, he comprendido y descubierto muchas más cosas sobre la película que se me habían escapado. Gracias por éste profundo análisis.Enhorabuena Luis.

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