Si J. R. R. Tolkien es la referencia de la literatura fantástica medieval del siglo XX, George R. R. Martin es la del XXI. Las obras más emblemáticas de ambos, El señor de los anillos y Canción de hielo y fuego, respectivamente, se han convertido en fenómenos literarios en nuestra época, gracias en buena medida, todo hay que decirlo, a las adaptaciones a la gran y pequeña pantalla que se han hecho de las mismas. Respecto a los escritores, en algunos aspectos el discípulo ha superado al maestro. De hecho Martin con Juego de tronos, primer volumen de la saga, consigue seducir con una intriga formidable liberada de clichés y una escritura fluida y de notable calidad. En resumen, el descubrimiento de este libro ha supuesto para mí una sorpresa gratísima. Por eso considero Juego de tronos una de las más grandes historias de ficción que se han escrito.
Sea como fuere, el nudo de la saga literaria más importante de lo que llevamos de siglo es el poder, el dominio de los Siete Reinos, el de las tierras a un lado y al otro del muro, el de un determinado señorío o incluso el de una ciudad estado concreta. Y esa lucha por el poder codiciado es la que pone en marcha un engranaje satánico de catástrofes, guerras, traiciones, intrigas, torturas y asesinatos que hiela la sangre.
El universo de Juego de tronos, feudal, aristocrático y condicionado por la política, contempla al mismo tiempo una realidad mágica y fabulosa, con misteriosos dioses, dragones y otros seres imaginarios que coexisten con los humanos. No en vano, a los Siete Reinos de Poniente, unidos bajo el cetro de Robert Baratheon, pero en permanente discordia, les amenaza lo desconocido, que aguarda palpitante más allá del muro del norte. En dichos bosques se ocultan los Otros, y otras fuerzas hostiles para el hombre. Pero el muro, un ciclópeo dique de hielo que ha resistido todas las invasiones, está protegido por la Guardia de la Noche, un cuerpo armado formado por voluntarios, criminales, bastardos y otros marginados sociales. Aun así, en Invernalia (el feudo o dominio más septentrional) saben que se acerca un interminable invierno, arrastrando consigo un cortejo de monstruos, pesadillas y terrores.
Entretanto las distintas dinastías o casas familiares viven al margen de las amenazas del norte. Ocupados en sus quehaceres cotidianos, los personajes viven, como nosotros, de acuerdo a las pasiones mundanas, ambicionando, amando, impartiendo justicia o recibiéndola, invocando a los dioses o maldiciéndolos, dudando, peleando, engañando, muriendo, matando…, mientras responden como saben y pueden a las circunstancias exteriores, a veces demasiado angustiosas. Los personajes, por su parte, son uno de los atractivos mayores de esta gran historia. No son arquetipos. No son superficiales. Tienen profundidad. Son fascinantes. Y transmiten sus inquietudes y sentimientos, porque están trazados con gran realismo.
Así, Tyrion, Catelyn o Eddard Stark conmueven por su hondura, que se adivina mejor cuando se comprenden los pormenores que condicionan sus decisiones. En relación con esto, Martin se vale de un recurso muy interesante para dotar a sus personajes y a la historia en sí de interés, dedicando cada capítulo a un personaje, el cual presenta de esta manera los acontecimientos que están sucediendo en los Siete Reinos, o allende estos, desde su perspectiva, construyéndose así una vasta historia polifacética y coral.
El reino, como ya he mencionado, es gobernado por un conjunto de casas fuertes a cuya cabeza están el rey Robert, de la Casa Baratheon, y su esposa Cersei, de la Casa Lannister. Otras familias poderosas son los Stark de Invernalia, que de hecho soportan el mayor peso de la trama, la Casa Tully, la Casa Tyrrel o la Casa Arrin. Robb, Bran, Sansa, Arya y Jon, hijos de Eddard Stark, tienen un protagonismo especial, siendo especialmente entrañables Arya, la más joven de las chicas, y Jon, el hijo bastardo del señor de Invernalia. Por último, hay que destacar a la Casa Targaryen, casi extinta, que tiene por máxima representante a una mujer fascinante, Daenerys de la Tormenta, heredera de una dinastía legendaria capaz de domeñar dragones, cuyo propósito es recuperar el trono de hierro aunando fuerzas lejos de Poniente. Con ella se cierra este magnífico primer volumen de la saga, mientras se producen los últimos coletazos del verano y en Poniente se cierne el primer gran choque de reyes, tras la muerte de Robert y la ignominiosa decapitación de su Mano.
En suma, en Juego de tronos se tratan asuntos tan universales como la lealtad, la traición y el honor, el amor por la tierra y la parentela, la responsabilidad de los gobernantes y las consecuencias que conllevan para los súbditos sus decisiones, el sufrimiento de los débiles en un mundo despiadado, la guerra como mal o necesidad endémica, y el anhelo de un orden justo y pacífico. De todo ello, sin duda, se extraen unas cuantas lecciones. En política, por ejemplo, que las utopías son disparates que acarrean daños incontables, y que los sistemas de gobierno son todos imperfectos, como la justicia misma de los hombres, que en no pocos casos es interesada y arbitraria. Sólo entonces se entiende una de las sentencias más solemnes de todo el volumen: «no hay criatura tan aterradora en la tierra como un hombre justo».
En definitiva, Juego de tronos es una obra extraordinaria, pero esperamos decir lo mismo de Canción de hielo y fuego para cuando la saga literaria de fantasía medieval más importante de lo que llevamos de siglo esté acabada.
CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO
1. Juego de tronos
FICHA
Título: Juego de tronos (Canción de hielo y fuego I)
Autor: George R. R. Martin
Editorial: Editorial Gigamesh
Otros: Barcelona, 2006, 798 páginas
Precio: 26 €
[1] p. 610
Muy buen post sobre el primer libro de la saga. He visto el primer capítulo de la serie y me ha gustado lo que he visto, por lo que he decidido comenzar a leerme el libro antes que ver la serie. Así, como los tengo visualizados por la serie, la lectura del libro se hace más sencilla al reconocer a los protagonistas.
ResponderEliminarHola Rubén.
EliminarGracias.
Me he decidido a responderte después de ver por segunda ver la primera temporada de la serie de televisión 'Juego de Tronos'. En primer lugar, y en relación a los libros, el primer libro de la saga literaria Canción de hielo y fuego -éste que he comentado aquí- me parece magnífico. El segundo es inferior pero mantiene un cierto interés; el tercero, me decepcionó. Podría explicarme aquí, pero está algo más desarrollada mi postura en los comentarios respectivos de cada libro. En cuanto al cuarto, en fin, me estoy resistiendo a leerlo, pero terminaré la saga de Martin.
En segundo lugar, la serie de televisión (1ª temporada). Me esperaba más. Y esta valoración, que por supuesto es muy subjetiva, la puedo justificar brevemente. Y es que las expectativas elevadas son dañinas, pero a la HBO le avalan muchas y excelentes producciones (The Wire, Deadwood, Carnivale, Los Soprano, Hermanos de Sangre, Boardwalk Empire, y otras). Al margen de que técnicamente 'Juego de Tronos' es impecable y cuenta con unos recursos enormes, hay algunos aspectos que me chirrían. La selección de los hermanos Targaryen, un guión demasiado fiel al texto que impide una adaptación más enfocada a los que se acerquen a la serie pero no hayan leído el libro, y un desarrollo narrativo demasiado lento hasta aproximadamente el capítulo 7º. Esto último tampoco es novedad, pues todas las apuestas de HBO llevan el sello de un ritmo pausado que sirve para que el espectador se introduzca en el relato y su atmósfera y se familiarice con los personajes. Bueno, quizá estas cuestiones sean menores en comparación con los aspectos positivos: Acierto en el casting de muchos personajes (perfectos Tyrion -Peter Dinklage- y Eddard Stark -Sean Bean- o las hermanas Stark, Cersei y Jaime, etcétera); preciosas localizaciones y recreaciones de construcciones; elipsis bien empleadas eludiendo las batallas -como en el libro- y centrándose en los planteamientos de fondo del relato, que no son otra cosa que las pasiones y sentimentos humanos echados sobre el tablero del juego de tronos. Además, los cuatro últimos capítulos cierran una buena temporada, tanto que se puede considerar una de las mejores series de 2011. A mí Rubén, como te decía, quizá me pareció demasiado bueno el libro y esperaba una especie de Señor de los anillos de Peter Jackson (trilogía insuperada hasta el momento), veremos, sin embargo, lo que dan de sí tanto los demás libros de Martin que faltan por publicar como las temporadas restantes de la serie de televisión.
Saludos.