Philip
Marlowe es la flor y nata de los detectives de novela negra; uno de los
sabuesos más atractivos e inteligentes de todos los tiempos. Y su inspirado
creador, Raymond Chandler (Chicago, 1888 – La Jolla, California, 1959), un
relumbrante escritor clásico de novelas negras. El sueño eterno (1939) es su
primera gran novela, antes publicó algunos relatos, pero en ella aparece por
primera vez el famoso detective, un personaje solitario y brillante enmarcado
en escenarios de lujo y corrupción.
viernes, 21 de diciembre de 2012
viernes, 14 de diciembre de 2012
Me hallará la muerte de Juan Manuel de Prada
Me
hallará la muerte es uno de esos escasos libros que, con el paso del tiempo, la
memoria conserva frescos. Al menos en mi caso ha dejado impresa una huella
profunda. Dudo mucho que con el correr de los años no mantenga vivos a los
personajes o no sea capaz de contar a un tercero esta intensa e interesante historia.
De lo que no hay duda es de que literariamente esta novela es sobresaliente, y
una de las mejores que yo he tenido el placer de catar. Si en el último
comentario de La Cueva me refería al mejor pintor vivo del mundo, en este caso me
atrevería a decir —yo al menos apuesto por él— que Juan Manuel de Prada es el
mejor escritor español vivo. Su estilo barroco y culterano podrá gustar más o menos, pero no se puede discutir que este autor es un narrador superdotado.
sábado, 1 de diciembre de 2012
Reflexiones en torno a la pintura: Augusto Ferrer-Dalmau. Arte, Historia y Miniatura
Una
de las sólidas verdades que atesoro desde hace años es que nacemos con heridas
innatas de las que no podemos abjurar del todo, aunque se silencien cada vez
más con el ruido esclavizante de lo actual e inmediato. De entre esas lesiones
crónicas que padece el alma, una es la búsqueda de la belleza; y pocos gozos
son tan gratos como hallarla en cualquiera de sus muchas formas repartida por
el mundo. Ya sea el cuerpo de una mujer hermosa, un paisaje evocador y
maravilloso, o una pintura emocionante y sublime. A mí la pintura de verdad me
cautiva. He comprobado que pocas cosas consiguen disolver las nieblas de mi
corazón como dormir abrazado a un ser del que estás enamorado, escribir acerca
de las tragedias de personajes ficticios dando vida a una novela, respirar un
paisaje en silencio y soledad, o encararme con una obra de arte. Llevo tiempo
disfrutando los cuadros bellísimos y únicos del mejor pintor vivo del mundo. O
al menos a mí me lo parece, pues no conozco otro semejante. Augusto
Ferrer-Dalmau es un maestro del realismo pictórico; una figura a la que admiro
por muchos motivos además de por su obra, volcado en recreaciones de la
historia militar española. Sus pinturas, de resultados bellísimos, me atraparon
para no soltarme. Y ya son un monumento de oro de la pintura y cultura
españolas.
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