martes, 12 de febrero de 2013

Benedicto XVI, mi fe en Jesucristo y La cueva de los libros

Ya va siendo hora de desnudarme públicamente. Me he preguntado muchas veces por el sentido que tenía esforzarse titánicamente en mantener un blog sobre libros. Hay libros de muchos colores, tantos como lectores. Hay personas que leen entre líneas y personas que no lo hacen. Hay quien lee sólo para entretenerse y quien lo hace además –o exclusivamente- para educarse. Y reconozco que algunos libros no ayudan mucho a educarse en las virtudes humanas.



      Me confieso cristiano, y en este último año “casi” católico. Ha sido una evolución natural y tranquila, gracias a Dios. No tengo sin embargo ninguna duda de que la fe católica es la verdadera, ninguna, pero mi “casi” se debe a que hasta hoy no he reunido las fuerzas suficientes para integrarme en la liturgia. Con 27 años y en este mundo hiper-materialista, hiper-tecnologizado e hiper-asquerosamente apartado de Dios, no es fácil renunciar a algunas cosas. No me disculpo. Otros han hecho más con menos.

      Pero me he dado cuenta de que La cueva de los libros es una herramienta para acercar a otras personas la Luz que a mí me arrasó cuando me enamoré de una mujer que llevo grabada en mi piel hace más de siete años, y a la que descubrí su identidad mediante la razón y el corazón en un caminar suave pero vertiginoso. Apenas rezo a diario y por tanto mi fe no es fuerte, pero reconozco en Jesús al Hijo de Dios Vivo.

      Que yo pueda renunciar pasado mañana a su amistad, no tumbará esa realidad, sólo pondría en evidencia mis debilidades y bajezas. Y aunque no sé qué me va a deparar la vida, a lo largo de ella confío en llevarlo a mi lado.

      Por las razones anteriores La cueva de los libros no puede continuar dando a la gente que entra a ella un alimento en forma de libros que no son verdadero alimento, sino que debe dejar entrar –superando el desprecio y la incomprensión de los no creyentes- obras que sirvan de fertilizante para la fe de los que creen y, como eco lejano pero tenaz, para los que aún no creen. Pues hay muchos que conservan un corazón vivo pero rechazan a Dios sin saberlo.

      En consecuencia, no aparcaré el tipo de obras literarias que he venido comentando en La Cueva –pues también puede haber lugar para el descanso y la diversión- pero las obras de apología cristiana y religión serán más frecuentes; y en este sentido girarán los demás comentarios de cualquier obra, literaria, cinematográfica o pictórica. Para bien o para mal, en principio no hay un plan sistemático para profundizar en estos temas.

      Con todo, el motivo de este anuncio tan íntimo es la renuncia del Santo Padre Benedicto XVI al pontificado, ayer 11 de febrero de 2013. Lo cual esperaba de alguna manera aunque me haya sorprendido e incluso dejado helado. Su decisión histórica -aquí no hay discusión posible- es un ejemplo para los poderosos laicos que gobiernan el mundo y un acto de grandeza y humildad. El vicario de Cristo en la tierra ya no tiene fuerzas para ejercer adecuadamente su ministerio, y eso que ha plantado cara con valentía y sencillez a los soldados de Satanás que agitan por dentro la Santa Madre Iglesia ensuciándola.

      El Papa Benedicto XVI es un hombre al que he llegado a coger verdadero cariño. Es un hombre bueno, es un hombres santo. Y le debo además haberme adentrado en la teología. A él, un finísimo y sólido teólogo, y a dos padres españoles también santos como son José Antonio Sayés y Manuel Carreira. Pero si por algo debo darle las gracias es por haber sido un pastor ejemplar, que además del ejemplo dado ha dejado como legado unos documentos preciosos y de un valor espiritual inestimable. A través de alguno de ellos, y una vez más con su digno ejemplo de sencillez y abnegación, le debo haberme acercado –como un pequeño intercesor- al gran astro rey que es Jesucristo nuestro Señor. 

2 comentarios:

  1. Realmente un artículo precioso. Gracias por compartir el sentir del Papa Emérito Benedicto XVI

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    1. Gracias a usted. Espero que sigan siendo de su agrado los próximos artículos relacionados con estas cuestiones.

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