Es un verdadero placer comentar la primera
novela de Pío Moa y contribuir en lo que pueda a dar a conocer una de las mejores obras
de ficción, si no la mejor, de lo que llevamos de siglo XXI español. Sonaron gritos y golpes a la puerta es mucho más que una novela
histórica centrada en la guerra civil española y la posguerra, y estoy tentado
de considerarla una obra maestra. Por muchos motivos Pío Moa es un escritor obligado, pero en lo que se refiere a esta novela, sus
virtudes formales y de fondo sobresalen en las primeras páginas. Sonaron gritos es un libro redondo. Por el don para escribir de su autor; por la
capacidad de rozar las fibras del lector con el horror narrado o los
sentimientos y avatares de los personajes; por su brillantez en el análisis y
en su exposición, con un bagaje colosal en forma de documentación histórica; y
por su genialidad en los diálogos. Este comentario no hace honor a Sonaron gritos y golpes a la puerta, pero al menos aportará su particular
grano de arena para que se conozca literatura de calidad.
Pío Moa es un historiador conocido por sus polémicos ensayos, enmarcados
entre la segunda república española y la transición. Renovó los estudios sobre
la época, y echó por tierra los cimientos de la historia oficial que se
enseñaba en España sobre esos años. Ha sido un autor de éxito porque ha
destapado, con solidez y razón, las vergüenzas de quienes fabrican memoria para
manipular rebaños, siendo seguido por un público numeroso y anhelante de
historias coherentes y serias. Yo soy lector de Pío Moa desde Los mitos de la guerra civil, y desde entonces, me he preocupado por
conocer su visión de la historia y he tenido el placer de compartir su discurso
en lo esencial, y de ir consolidándolo según publicaba obras brillantes y de
difícil refutación. Así, obras como su imprescindible Nueva historia de España —que comentaré muy pronto en La
Cueva—, Los orígenes de la guerra civil, Años
de Hierro, o Franco: Un balance histórico,
son, no solo de primer nivel, sino necesarias y por tanto de agradecer.
Pero ahora nos
felicitamos por Sonaron gritos y golpes a la puerta (2012). Dividida en tres partes, la
novela se desarrolla entre los años 1936 y 1946. Los hechos narrados los cuenta
el protagonista, un profesor de filosofía retirado en los últimos compases de
su vida, que, tras la muerte de su mujer, siente la necesidad de poner en orden
sus recuerdos y contar su historia. La primera parte (La catástrofe)
sigue los pasos de Alberto (Berto) Roig (el protagonista del relato y por entonces
un muchacho) en la Barcelona del caos revolucionario de los primeros meses tras
la sublevación de los nacionales en España bajo el liderazgo de Franco.
En Cataluña, como es conocido, fracasa la sublevación nacional e imponen “su
ley” los numerosos partidos izquierdistas que más tarde lucharán entre ellos:
PSUC, CNT, PCE, etc. Y es que el primer capítulo nos introduce con violencia en
un crimen salvaje. Un grupo de hombres armados entra en el hogar de Alberto y su familia, y asesina al padre y arresta
a la madre y la hermana; Alberto consigue escapar. Casualidades del
destino, se tropieza con su mejor amigo (Paco) e ingresan, para salir del paso, en la
CNT. Con esa coartada, servirán al enemigo como quintacolumnistas, pues
aborrecen el comunismo y creen luchar por la causa justa. De esta manera, a
través de varios pisos secretos, Alberto establece relación con la familia de Paco (comunistas, tanto los padres como Luisa, una de las hermanas de Paco, y
con la que Alberto tiene una relación) y sobre todo con Carmen,
otra hermana de Paco y futura mujer de Alberto. Sus destinos avanzan cruzados mientras se desarrolla la guerra y
participan en una conspiración para matar al líder catalanista Companys y posteriormente pasando nacionales a
Francia para salvarlos de las garras de los rojos.
No me
extenderé más de lo justo para exponer las otras dos partes de Sonaron gritos. La segunda (El hielo y el fuego) transcurre finalizada la guerra, y ya
sin necesidad de camuflaje, Alberto y Paco se alistan como voluntarios a la División
Azul para combatir el comunismo en Rusia, de la mano de los alemanes en la
segunda guerra mundial. Por entonces Alberto y Carmen ya
se han declarado su amor y unido sus almas, pero en el frente les espera sangre
y amor, dolor, risas y lágrimas. Hilde, Iliena, Irina o los compañeros Crates, Larumbe, Contreras o el siniestro Saavedra. Nunca he leído una narración bélica tan épica y bien descrita. De vuelta
de todo, y tras varias tragedias, Alberto regresa a España y Paco se queda (tercera parte: De todos los misterios). El regreso es
desalentador y amargo para el protagonista a pesar de volver a los brazos de Carmen.
Lejos quedaron su gran amor (Iliena) y
muchos compañeros, además de su mejor amigo. Las tertulias en Madrid vividas
por el exdivisionario y descritas por Moa son una espléndida fotografía de la época
histórica y de las opiniones del momento, en las que una libertad práctica
permitía a las gentes rechazar el régimen franquista y desear, desde una
ocupación aliada hasta la vuelta del comunismo. Alberto es, en ese nuevo mundo mezquino y miserable, un hombre que no encaja,
y como tal, ofrecerá un nuevo servicio a la causa nacional contra el maquis en
Galicia para centrarse después, definitivamente, en una vida tradicional junto
a Carmen.
Los resúmenes siempre
son migajas cuando tratamos de acercarnos a una obra literaria como esta. Su
lectura es lo que llena verdaderamente. En este sentido, me gustaría consignar
las notas que fui haciendo al libro según iba disfrutando de esta obra maestra.
OBSERVACIONES
Los personajes.
De los personajes hay
que destacar su fuerza y viveza. El realismo de estos es extraordinario.
Ninguno es completamente bueno del todo, pero siento simpatía por Alberto y Carmen, y también pena por Paco,
un héroe olvidado maldito por el amor. Alberto es un hombre meditabundo y algo
obsesivo, pero el desgarro de sus reflexiones, la honestidad de sus actos (y
coherencia con sus ideas) y sus sacrificios demuestra grandeza. Dos dolorosos
destellos del sufrimiento que siente en su vejez ante la vida y la inevitable
pérdida que esta conlleva, conmueven profundamente: “La soledad, que agradecí
largo tiempo, me pesa ahora: ¡debo hacer algo para escapar de esta penosa fuga
de la vida”[1]. O la siguiente: “¿Adónde irán los
afectos, las ilusiones, los odios, las preocupaciones que rodean como un halo
la infatigable actividad de los hombres”?[2]. Por otro
lado, la pareja que hace con su amigo Paco es emotiva y única, pero no
indisoluble, como nada en esta vida. Las discusiones filosóficas que mantienen,
hablando de lo divino y lo humano, muestran sobradamente la densidad
intelectual del autor de Sonaron gritos y se disfrutan enormemente.
En relación a la
evolución de los personajes también se puede decir mucho. Vemos los contrastes
entre el Alberto joven y el viejo. El brío de la juventud y
la necesidad de aventura y riesgo contrastan con la realidad de un profesor
jubilado de ochenta años que ha perdido a la mujer de su vida y al que ya poco
le queda, sintiendo la desazón que provoca el paso del tiempo en el ocaso de
sus días.
Las mujeres de Sonaron gritos y el amor
En Sonaron gritos se habla de amor, y muchos amores se
trenzan y destruyen. Quizá las palabras de Paco a su hermana Carmen reflejan la idea de Pío Moa del amor, como algo que es mejor llevarlo con tranquilidad y que vaya
calando de forma reposada: “enamorarse es lo peor, porque dejas de ser un
hombre, te conviertes en un esclavo, sea de la mujer o de tu propio
sentimiento”[3]. El pobre desconoce que su vida estará
marcada por el misterio de sus palabras.
Las mujeres que
recorren la novela son unas cuantas, y todas ellas con su carácter y
personalidad particulares. Carmen, Luisa, Pilar, Mercè, Irina, Iliena, Eva o Lucía son algunas féminas que surcan las
páginas. Como el amor, que hace chocar los personajes en una época turbulenta,
zarandeándolos a su capricho. Y si hay amor en una novela de verdad hay
dramatismo, pérdida y despedida, pero también algo de felicidad. Luisa,
por ejemplo, hermana de Carmen y Paco, y
con la que Alberto se acuesta, es una mujer de apariencia
fuerte y decidida pero que su libertinaje acaba arrasando su estabilidad
interior y conduciéndola por un camino en el que solo se puede huir hacia la
degradación personal y el vacío. De Mercè qué decir, pues da su vida por amor. De Iliena,
que tuvo que ser un ángel como describió Alberto pero que sufrió la devastación de la
guerra. Y de Carmen,
el contrapunto de su hermana y de la moral laxa comunista, solo cabe
admiración. En el fondo, cualquier hombre de verdad querría a su lado una mujer
así.
Ambientación histórica.
Perfecta. No concibo
una obra más completa en este sentido. La personalidad de la época no eclipsa a
los personajes, porque las personas sienten su existencia como el centro del
universo, pero sí es cierto que están condenados a los corsés que impone. Pío Moa dibuja magistralmente el horror de una época infernal, bajo el
hechizo de ideologías tan sutiles como criminales, que incendiaron los pechos
de españoles, primero, y demás europeos, después, para matarse entre ellos. Es
la época de las masas, de la colectividad, de la camaradería, del sentido de la
patria, de los grandes ideales, del odio, de individuos arrastrados por las
locuras y el fanatismo de unos cuantos anticristos.
Porque el libro es la
historia, en el plano cósmico o espiritual, del terror revolucionario y
comunista, de cómo caló en millones de almas, y de cómo se le hizo frente. Por
eso Pío Moa se permite decir al final del libro, por boca de su personaje
principal, que “este relato habla de victoria”[4].
Porque el comunismo fue derrotado en España.
En este sentido, con
el lavado de cerebro educativo labrado con éxito en España por las políticas
“progresistas” chocará enormemente que el protagonista de una novela sea un
joven que lucha a favor de los nacionales, haciéndose pasar en varias ocasiones
por el enemigo, y que arriesgue su vida alistándose como voluntario para frenar
o erradicar el comunismo materialista y la miseria que promueve. Pero la
miopía, o la ceguera ideológica, nada tienen que decir de la profunda verdad de
esta obra de ficción y de su calidad literaria.
Ecos en Sonaron gritos.
En esta anotación
hago referencia a las impresiones que me ha sugerido la lectura de Sonaron gritos y golpes a la puerta. Su lectura me ha evocado la obra maestra
de Tolstoi, Guerra y paz. Quizá sea la exquisitez con la que Pío Moa intercala pasajes de amor y de
guerra, aunque aquí vemos pocas cortes y todos los personajes viven bajo la
sombra de la guerra. Pero también me ha parecido encontrar la idea de Tolstoi en Pío Moa de que, quizá, la Historia esté
dominada o dirigida por leyes o fuerzas cósmicas sobre las que el ímpetu de los
hombres nada puede. Y es que Moa reitera la idea de la infinitésima fuerza
del hombre aislado para cambiar la Historia: “Una noche tuve algo así como una
visión: miles de trenes cruzaban Europa con millones de soldados hacia la lucha
mortal con otros millones, movidos por la voluntad de unos pocos hombres
refugiados en castillos inaccesibles, incapaces de calcular las consecuencias y
empujados a su vez por fuerzas difusas, cósmicas, de las que ellos no eran
conscientes. Aquel choque colosal alumbraría un nuevo mundo, quizá horrible, y
nosotros constituíamos un infinitésimo de aquella fuerza titánica”[5]. De esto se desprende la consciencia del hombre de su
pequeñez y de su minúsculo significado dentro del universo.
Sonaron gritos también es un homenaje a
los caídos
En algunos
momentos de la lectura tuve sensación de derrota. El motivo habría de venir de
la exposición de Pío Moa de la naturaleza humana, de su retrato, con sus miserias y ruindades.
Pero el ser humano también son ilusiones y deseo de hacer el bien, de servir
para algo, de dejar un legado, de ser amado… En este sentido creo que Sonaron gritos es un auténtico homenaje a los caídos. A
pesar del desengaño generalizado, de la vulgaridad reinante, de la pereza
actual, las épocas históricas también tienen sus héroes. Silenciosos, casi
todos. O anónimos la mayoría, si se quiere. Pero la deuda que contraemos las
generaciones venideras con nuestros antepasados es incalculable. Sobra decir
que si no fuera por los esfuerzos de algunos hombres quizá no viviríamos en un
mundo “así” de civilizado, con todas las reservas para este mundo. Por eso,
después de leer esta obra maestra, y desconozco la causa, me invade una
sensación de gratitud hacia el autor y de vergüenza y deuda hacia los héroes.
Me siento insignificante al lado de esos caídos, pues sé que mi época no les
merece ni les hace honor.
Obra maestra de la literatura española
Finalmente, Sonaron gritos y golpes a la puerta es quizá la mejor novela de lo
que llevamos de siglo. Pío Moa, además de maestro para esta generación de españoles, es heredero de los
grandes literatos y pensadores del siglo pasado, hombres iguales a nosotros
pero muy superiores intelectual y creativamente. Gracias por esta obra,
maestro, pues con ella dejas para la historia un relato lleno de acción,
espionaje, infiltración, narración pura, discusiones intelectuales, verdad
histórica y amor.
FICHA
Título: Sonaron
gritos y golpes a la puerta
Autor: Pío
Moa
Editorial: La
Esfera de los Libros
Otros: Madrid,
2012, 656 páginas
Precio:
22,90 €
Me alegro que te haya mencionado Pío Moa en su blog.
ResponderEliminarMenudo resumen. Te lo curras muchísimo. Eres un escritor fantástico y mereces por ello ser reconocido, estoy segura de que algún día será así.
Un abrazo
¡¡¡Pedazo de comentario!!! Has sabido desentrañar la esencia del libro y es un lujo seguir siempre tus observaciones que me parecen muy lúcidas y son un estímulo para disfrutar con la literatura. Estás haciendo un gran trabajo en este blog. ¿Para cuándo un comentario sobre la Ilíada?
ResponderEliminarGracias David.
EliminarDe eso se trata, de disfrutar con la literatura, y de aprender a saber estar, y de reflexionar y profundizar sobre lo que nos preocupa.
En cuanto a la Ilíada, no eres el primero que me lo propone. La verdad es que voy siguiendo un guión para comentar libros en La Cueva, un tanto flexible, es cierto. Este año y al siguiente no voy a tratar las obras grecolatinas, pero puede que haga una excepción con Homero. De vez en cuando releo algunos capítulos sueltos, así que puede que me anime pronto y comente por fin la Ilíada.
Despues de leer tus opiniones sobre el libro de Pio Moa, no me queda otra que leerlo, sobre todo después de leer lo que pones "...me invade una sensación de gratitud hacia el autor y de vergüenza y deuda hacia los héroes. Me siento insignificante al lado de esos caídos, pues sé que mi época no les merece ni les hace honor."
ResponderEliminarLo que si podemos y debemos es hacer honor a quien se dedica a escribir sobre ellos.
Por cierto, tu blog merece que se difunda.
Gracias Juanjo, eres muy amable.
EliminarEl blog se va consolidando mes a mes. Mi propósito es mejorar cada entrada haciendo comentarios cada vez más extensos y con más observaciones y referencias a otras obras. No puedo publicar docenas de entradas cada semana porque sostengo La Cueva yo solo, pero, aunque se vayan dilatando las subidas, prefiero ofrecer críticas con más énfasis en el análisis de la obra. En el fondo, quien está interesado en un determinado libro, lee igualmente 10 párrafos que 5, incluso creo que cuanta más y mejor información le entregues mejor.
Y en cuanto a Sonaron gritos... no lo dudes, es una obra extraordinaria. De lo mejor que se ha escrito en décadas en España.
He terminado de leerla esta tarde y coincido contigo: esta es la novela española del año y una de las imprescindibles de la literatura española contemporánea. De obligada lectura. Ya tienen tus lectores un regalo fantástico que pedirle a los Reyes Magos esta Navidades ;)
ResponderEliminarY, por supuesto, tu resumen de la novela de Moa, a la altura del libro que reseñas. Magnífico (aunque recomendaría leerlo despues de acabar la novela...). Un saludo.
En primer lugar, muchas gracias, Díaz de Vivar.
EliminarLa novela de Moa es magnífica, y estoy deseando volver a leerla. Además, recuerdo su lectura como una delicia. Y tienes razón, primero hay que leerla, y después, enriquecer un poco su lectura con las impresiones que he volcado en este comentario.
Un abrazo!
Coincido plenamente con el autor del blog. Es un libro imprescindible. Quiero leer "Años de hierro" y "Nueva Historia de España". Enhorabuena por el blog.
ResponderEliminar
ResponderEliminarTambién he comentado Nueva Historia de España aquí mismo, un libro fundamental de análisis y reflexión. Y Años de hierro es uno de los mejores trabajos del autor. Me pareció sobresaliente.
Gracias por tus palabras.
La novela de Moa es muy disfrutable y este blog no lo es menos. Lo tengo como imprescindible. Como su novela, señor Segura. Mercenarios de un dios oscuro me pareció muy atractiva. Usted escribe con talento y derrocha imaginación. Quizá podría haberla alargado un poquito más pero es equilibrada e intrigante.
ResponderEliminarCoincido en todo contigo. Así es, Sonaron gritos es una gran novela. Como este blog que no conocía pero seguiré muy de cerca a partir de ahora.
ResponderEliminarHola, me alegro de conocer este blog, me gustaría que nos hablaras del libro de Pío Moa "España contra España : mitos y claves de su historia", dicen que es muy bueno, un saludo.
ResponderEliminarPues, efectivamente, España contra España es un gran libro. Lo leí cuando apareció, pero no lo traje a La Cueva porque se trata de una síntesis de Nueva Historia de España, volumen del que ya me ocupé en su día. De todas formas, te cojo la palabra. Creo, ahora que lo dices, que es necesario hablar de él. Haré un comentario al respecto, y lo relacionaré con el de otros dos libros que tienen mucho que ver: España inteligible de Julián Marías y Defensa de la Hispanidad de Maeztu (que por cierto tengo muy avanzados sus correspondientes artículos).
EliminarSaludos.