Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes (V): El licenciado Vidriera

Como se percibe prontamente, en las Novelas ejemplares de Cervantes está el embrión del Quijote, obra por la que el escritor español es conocido hoy en todo el mundo. En buena medida, Tomás Rodaja, protagonista de la quinta novela ejemplar, es un trasunto del hidalgo manchego. Pues en esta quinta novelita de la serie, el literato nacido según algunos en Alcalá de Henares, hace enloquecer a su protagonista para que las verdades como puños que proclama no puedan volverse contra él y no resulten perseguidas. 

La historieta en mi opinión tiene poca miga. El protagonista es un muchacho sin origen conocido que consigue graduarse en leyes en Salamanca, universidad ilustre en el pasado, que llegó a ser conocida como la Atenas Hispánica. El sobrenombre del protagonista se debe por tanto a sus estudios universitarios y a su loca creencia ーtras un hechizo de amor compuesto de membrillo que le hace perder el juicioー, que le hace pensar que está hecho de vidrio. Previamente, el protagonista recorre como soldado los territorios del antiguo imperio español, hasta que vuelve a casa, viajado, y con su pasión por el conocimiento intacta. 

El tema predominante es el de las pocas ganancias que rentan las letras, y el del desprecio que generan si van acompañadas de las verdades que nos hacen libres. Hay aquí por tanto una queja amarga y desencantada del propio autor, que al final cae en la cuenta de que la corte (hoy sería el Estado) «sustenta abuntantemente a los truhanes desvergonzados y mata de hambre a los discretos y vergonzosos».

Finalmente, de gran interés son las descripciones que hace Cervantes de las ciudades de Italia y Flandes por las que pasa el protagonista. Y sobre todo la profesión que, nuevamente, hace de su fe católica. Y es que aunque parezca mentira, hay comentaristas ignorantes que han negado que Cervantes fuera católico, seguramente porque han leído superficialmente el Quijote, y, sobre todo, porque desconocen las Novelas ejemplares. En La española inglesa por ejemplo hay unos pasajes esclarecedores, como los hay en El licenciado Vidriera, que, a pesar de ser una novelita ligera, tiene elocuentes párrafos de altos vuelos como éste:

«Volvióse a Nápoles, y a Roma, y de allí fue a Nuestra Señora de Loreto, en cuyo santo templo no vio paredes, ni murallas, porque todas estaban cubiertas de muletas, de mortajas, de cadenas, de grillos, de esposas, de cabelleras, de medios de bultos de cera y de pinturas y retablos, que daban manifiesto indicio de las innumerables mercedes que muchos habían recibido de la mano de Dios, por intercesión de su divina Madre, que aquella sacrosanta imagen suya quiso engrandecer y autorizar con muchedumbre de milagros, en recompensa de la devoción que le tienen aquellos que con semejantes doseles tienen adornados los muros de su casa».