Hace un par de semanas Paula Corroto, periodista de eldiario.es, se puso en contacto conmigo para conocer mi opinión acerca del
tratamiento que están dando las series de televisión a las nuevas tecnologías.
Estaba preparando un reportaje sobre este tema y solicitó charlar conmigo. Acepté
encantado y respondí a unas cuantas preguntas. El reportaje fue publicado ayer,
lunes 23 de diciembre de 2013, titulado: ¿Quieres saber que es un drone? Ve series de televisión. La entrevista íntegra que mantuvimos la periodista y yo
la publico a continuación.
ENTREVISTA PARA ELDIARIO.ES
En los últimos tiempos varias series norteamericanas han tocado de
forma directa el tema de las nuevas tecnologías sin ser series 'tecnológicas'
en el sentido de las antiguas series de ciencia-ficción. ¿Qué significado tiene
que las nuevas tecnologías formen parte de los argumentos de series que a
priori no tienen nada que ver con ellas?
Algunos creadores
brillantes de series de televisión se han dado cuenta de los peligros que las
nuevas tecnologías traen consigo al extenderse a todos los ámbitos de nuestras
vidas, y están alzando su voz. Desde luego, no todo son ventajas con las nuevas
tecnologías. Y se puede ilustrar esto con las escenas más comunes y cotidianas.
Los móviles, las televisiones, internet… nos abducen, nos alejan a unos de
otros, destruyen nuestros vínculos naturales, separan nuestras mentes cada vez
más de la realidad. El abuso de las nuevas tecnologías, y su imposición en
todos los órdenes de la vida, puede conducirnos a un mundo de pesadillas. Y
algunos creadores están poniendo en sus ficciones el acento precisamente en
estos aspectos, en las sombras de las nuevas tecnologías, superando con sus
historias lo que sería —efectivamente— la ciencia-ficción.
El tratamiento que se les da, sobre todo en series como The Good Wife o
Black Mirror es el del conflicto. La polémica se extiende a temas como las
bitcoins, la privacidad de redes como Facebook, o la comercialización de los
derechos de autor en la red. ¿Nos dicen estas series que estas tecnologías son
'malas' o es simplemente una alerta de lo que pueden llegar a ser?
Creo que tales propuestas
son denuncias evidentes de los frutos que se recogerán si no se impide la
aplicación masiva y forzada de las nuevas tecnologías. Como herramientas que
son podría decirse que son en sí mismas neutrales, y que dependiendo del uso
que se haga de ellas, se deducirían unas consecuencias u otras. Yo tengo una
opinión muy negativa de éstas. Y soy muy pesimista con respecto a su aplicación
venidera. A pesar de que mis estudios de posgrado están relacionados con ellas.
Creo que son armas de doble filo y que, más allá de los beneficios innegables
que se están cosechando en campos como el de la medicina, sirven fundamentalmente
como instrumentos de control y manipulación de conciencias. Las ideas
dominantes fluyen por los canales que ofrecen precisamente las nuevas
tecnologías, y son ideas vertidas en el ambiente por quienes ostentan grandes
parcelas de poder. Así, las modas, o aquello que hay que comprar, seguir, o
creer, viene impuesto. El consumidor sólo da su consentimiento. Y a medias.
Abundando en esta pregunta, antes las series de ciencia-ficción
trataban a las nuevas tecnologías como algo que iba a traer progreso, que nos
iba a hacer mejor como sociedad. 'Black mirror', sin embargo, señala todo lo
contrario. ¿Hemos perdido la fe?
¿La fe en el
progreso? También se ha perdido, por supuesto. Pero el progreso es un cuento
chino. Lo importante no es que se avance sin descanso, sino en qué dirección se
hace. La fe que de verdad se ha perdido es la fe en Dios, que, creamos o no en
Él, existe. Pero estamos demasiado ocupados en esta cultura del entretenimiento
global para acordarnos de Él, y de cuál es su voluntad. Vivimos afanados entre
mil aparatos, tecnologías banales, evasiones estériles. En cambio, no hemos
perdido la fe en los ídolos. Hacemos ídolos de todo. Adoramos a las estrellas de
cine, el dinero, nuestro equipo de fútbol, el sexo, los coches de lujo o las
joyas, y rendimos culto al cuerpo. Y sin embargo yo no veo que haya mucha gente
realmente feliz. No están llenos. Les falta algo. ¿Cómo es posible, me
pregunto, si según su lógica, tienen de todo?
¿El hecho de que la cultura popular
se haga eco de las tecnologías muestra que estamos ante un cambio de paradigma
social?
Estamos viviendo un
cambio de era. De eso estoy seguro. Y la nueva no será mejor que la anterior.
La cultura popular sólo se hace eco de las novedades y tendencias que imponen
las élites (visibles e invisibles) del poder.
A tu juicio, ¿cuáles son las
mejores series de televisión que tratan asuntos tecnológicos?
Antes has señalado
una que para mí es el máximo exponente de lo que hablamos. Black Mirror. Más
que serie propiamente dicha son piezas sueltas, cuya relación precisamente son
los diversos escenarios —todos ellos siniestros, por cierto— de un probable futuro
irradiado por las nuevas tecnologías. Los episodios más extremos al respecto
serían ‘15 millones de méritos’ y ‘Oso blanco’. A mí los que más me gustan en
cambio son ‘Tu historia completa’ y ‘Ahora mismo vuelvo’, aquellos que tratan
las relaciones humanas más íntimas, pues ambos están protagonizados por parejas
que o bien han perdido su humanidad con el abuso de las nuevas tecnologías, o
bien descubren que éstas, a las que por otra parte han sacralizado, no pueden
sustituir la complejidad y excelsitud de la gran obra de Dios que es el ser
humano.
¿Por qué la televisión está más
abierta (y lo hace mejor) que el cine a tratar estos temas? Creo que en el cine
si ha despuntado una película en este sentido es 'La red social'...
No estoy seguro de
que la televisión trate mejor o más abiertamente estos temas que el cine. Hollywood
por ejemplo ha dado obras como ‘Matrix’, ‘La naranja mecánica’ o, más
recientemente, ‘Origen’ de Christopher Nolan; si bien es cierto que estas
cintas no se refieren a las nuevas tecnologías de las que venimos hablando (como
soportes físicos relacionados con la comunicación y el ocio), sino a
tecnologías relacionadas con la programación mental. Y lo vienen haciendo desde
hace mucho tiempo. También es verdad que la influencia que tienen las nuevas
tecnologías en el mundo actual, las relacionadas esta vez sí con el entretenimiento
y la comunicación, están siendo en estos momentos objeto de las series de
televisión. ‘La red social’ efectivamente es una excepción en este sentido.
David Fincher es un director fascinante. Y a mí ‘La red social’ me encanta.
Nuevamente vemos aquí la historia de un personaje con todo a su favor, multimillonario,
con miles de “amigos” virtuales, en una fiesta detrás de otra, con chicas
guapas siguiendo el rastro de su dinero, y sin embargo infeliz. Y hoy, sin
embargo, no hay casi nadie que no esté conectado a su invento. ¿Pero nos ha
servido para ser más felices? ¿Somos más humanos por tener cuenta de Facebook?
¿Nos hace mejores? ¿Usamos la tecnología para nuestros fines, o nos usa ella para
los fines de otros?
Por último, los espectadores de
estas series ya no sólo geekers, sino que el espectro de la audiencia se ha
abierto bastante. ¿Somos todos cada vez un poquito más cyborgs (aunque lo
rechacemos)?
Las nuevas
tecnologías se están popularizando porque nadie quiere quedarse fuera del
grupo, todo el mundo aspira a estar en la onda. Además, a esa inmensa mayoría
no le gusta nada que le digan que son vistos por las élites como su rebaño. Les
ofende, aunque luego les falta tiempo para estar a la última, es decir, para
adherirse o consumir lo que aquellos que los van a tener entretenidos con cosas
que no importan les proponen. Sí, como ves, cada vez somos un poco más cíborgs. Ese es el plan.
Entonces, si ese es el plan, ¿qué
consecuencias puede tener?
Si lo que series como
Black Mirror muestran tiene mañana su paralelo real, lo que veremos es una
humanidad esclava. Una servidumbre voluntaria. El hombre del futuro, progresivamente
deshumanizado, consumirá su último aliento encadenado a las nuevas tecnologías,
que acabarán por alimentarlo de ocio y de los mundos de ficción que les servirán
sus programadores, sus amos. Al principio te decía que hemos entrado en una
nueva era, quizá señalada con la caída de las Torres Gemelas. Pues bien, la
difusión de las nuevas tecnologías y su entrada en nuestras vidas —habrá que
discutir si con violencia del todo consentida—, es una forma de iniciarnos para
lo que nos espera. Y este escenario es una de sus múltiples caras. Lo llaman
Nuevo Orden Mundial.
O quizá todo esto no
sea más que una paranoia. Pero me pregunto cuánto tardaremos en llevar todos un
microchip, y en realizar todas nuestras operaciones comerciales y
administrativas a partir de él, siendo controlados y monitorizados como buenos
esclavos.
Gracias.
No hay de qué.
Gracias.
No hay de qué.
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